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Es urgente salvar al MÍO

Lo digo con sentimiento de caleña: lo que está pasando con el...

14 de febrero de 2013 Por: Paola Andrea Gómez Perafán

Lo digo con sentimiento de caleña: lo que está pasando con el MÍO -cuyos operadores están quebrados, los usuarios desesperados y el sistema colapsado- no es un problema exclusivo de la Alcaldía y los transportadores. Ojalá así lo fuera, visión bastante simplista y típica de la forma como miramos y enfrentamos muchas situaciones en Cali: “Eso no es problema mío, nos quedó grande, aquí no son capaces de hacer nada”.No. Entendámoslo así de clarito: si el MÍO fracasa no es un fracaso de unos cuantos, es un fracaso de ciudad; una ciudad a la cual lo mejor que le ha pasado en su historia reciente es la aparición de un sistema de transporte masivo que le permitió soñar con convertirse en una urbe moderna. Un sistema que en su planeación (no en su funcionamiento actual, como algunos quieren hacerlo ver) se constituyó en modelo nacional, por atreverse a concentrar todo su transporte público.Claramente, al sacarlo del papel, la cosa no funcionó como se previó. La politiquería de turno (pésima decisión la de un exalcalde de no iniciar por la troncal del oriente) le hizo mucho daño al sistema. Como también el haber dejado recortar la troncal de la Autopista, además de la lenta expansión del MÍO. Eso y el paralelismo que propiciaron algunos transportadores, queriendo ganar por parte y parte. Y la falta de pantalones para sacar de la calle los buses obsoletos, cuando aún los operadores tenían con qué comprar alimentadores, cosa que ya parece imposible porque entre todos les deben a los bancos $500.000 millones y los bancos no les prestan, porque las pérdidas diarias son millonarias, ya que el MÍO moviliza 430 mil pasajeros cuando debía estar en 730 mil. Por eso ocurren cosas como la de ayer: las protestas en la estación Andrés Sanín, neurálgica en el Oriente, y la decisión de ETM, uno de los operadores, de demandar por $70.000 millones al Municipio. El MÍO transita una sinsalida, no hay suficientes alimentadores, faltan 1.100 buses viejos por salir de las calles y muchos de sus dueños no se le miden a la chatarrización porque a los que ya salieron les están debiendo millones. Los operadores no tienen plata y el transporte pirata, enriqueciéndose. Y mientras tanto, Juan Pueblo padece las duras y las maduras, detesta el sistema y dice con desdén: “Ese no es el MÍO, será el suyo”. Ya estuvo bueno. No podemos permitirnos un fracaso con el MÍO. Si no tenemos con qué, reconozcámoslo y pidamos ayuda de la Nación, antes que continuar con pañitos de agua tibia que no solucionan lo estructural. Señor Alcalde, señora Gerente de Metrocali, señores operadores: que la ciudad los recuerde porque tuvieron la sapiencia para solucionar la crisis. Señores usuarios: no dañen los buses. Es URGENTE salvar al MÍO, que es lo mejor que le ha pasado a esta ciudad en su historia reciente.