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El conductor borracho

Conducir borracho es lo mismo que portar un arma, que en cualquier...

18 de julio de 2013 Por: Paola Andrea Gómez Perafán

Conducir borracho es lo mismo que portar un arma, que en cualquier momento se puede disparar. No es una exageración. Es la historia repetida de una tragedia subestimada, en una sociedad donde no está mal visto pasarse de tragos y luego manejar un carro, porque quizás quien conduce es tan buen chofer que no le va a pasar nada, porque nunca le ha pasado nada.Somos más que permisivos con el licor al volante. Y solo cuando le ocurre un accidente a alguien cercano, cuando vemos personajes públicos pasados de tragos en cámara o cuando se registra una tragedia que conmueve al país tomamos conciencia repentina o definitiva, frente a una conducta aterradoramente letal.Esta vez el cimbronazo ha sido nacional. No salimos del asombro frente al caso ocurrido en Bogotá con Fabio Andrés Salamanca: un conductor de 23 años hallado en grado tres de alicoramiento, quien acabó con la vida de dos mujeres de 25 y 32 años y dejó recluido en un hospital al taxista contra el que se estrelló.La historia sigue siendo noticia porque el joven no está capturado, porque se encuentra internado en una clínica, con un parte médico de estrés agudo, y mientras esté en dicho estado no se le puede imputar delito alguno, ni llevar a audiencia. ¿Si se tratara de un conductor de servicio público y no de un ‘niño bien’ se permitiría su ausencia ante la justicia, argumentando un estrés? ¿La justicia es solo para los de ruana? ¿por qué los policías que atendieron el accidente no lo pusieron a disposición de un fiscal? ¿están esperando que el país se olvide del caso para darle un trato privilegiado, como ya ha ocurrido con otros asesinos al volante? Los accidentes por exceso de licor no paran. Ayer en la madrugada, en el barrio Salomia de Cali, un Optra se estrelló contra un poste y luego contra una vivienda. En el vehículo se hallaron botellas de wisky vacías. En nuestra ciudad, durante este año, se han presentado 119 accidentes de tránsito por embriaguez. En el 2012 fueron 248. Y en todo el país, el año pasado hubo 228 muertes en siniestros viales, muchas relacionadas con licor.Hoy, la tragedia de Bogotá atraviesa cuatro familias: las de las dos mujeres muertas, la del taxista con pocas esperanzas de vida y, de otra manera, la de Andrés Salamanca.Pero más allá del hecho, ¿cuántas veces usted o yo nos hemos hecho los de la vista gorda con los borrachos al volante? ¿alguna vez ha manejado en estado de embriaguez? ¿cuántas muertes más habrá para entender que conducir alicorado es lo mismo que portar un arma que en cualquier momento se puede disparar? A ver si nos estrellamos y duro para dejar de ser tan permisivos con el conductor borracho.