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Tolerancia cero

¿De qué sirve trasladar a un profesor acosador? ¿Trasladar el problema a otra institución? ¿A quién hay que proteger en estos casos?

3 de diciembre de 2022 Por: Paola Andrea Gómez Perafán

“¿Qué hace un docente refiriéndose en clase al cuerpo de las niñas? ¿Qué hace un docente persiguiendo a las niñas para ver si tienen o no sostén? ¿Qué hace parándose en una grada para ver los interiores de las chicas? ¿Qué hace escribiendo o invitando a salir a una chica que está subordinada a él por ser su estudiante y ser niña?”.

Las preguntas las hizo Luz Helena López Rodríguez, especialista en educación y cultura de paz, quien conoce bien la situación de acoso sexual en las instituciones educativas de Cali, durante el foro del #25N Paremos Ya. Allí se analizaron los casos de estudiantes caleñas que este año se armaron de valor y expusieron los abusos ocurridos en los sitios que deberían ser los más seguros para nuestra niñez y adolescencia: las aulas.

Tras interponer un derecho de petición a la Secretaría de Educación Municipal, el Colectivo Social de Mujeres de Cali pudo conocer que oficialmente hay 83 docentes investigados por acoso sexual y que 40 fueron trasladados, algo que al revisar el procedimiento está fuera de lugar, porque los mismos deberían ocupar una función transitoria, en tanto estén bajo investigación o sanción. ¿De qué sirve trasladar a un profesor acosador? ¿Trasladar el problema a otra institución? ¿A quién hay que proteger en estos casos? Todo al revés.

Equipaz, escuelas para la paz y la equidad, presentó un informe que relata cómo 46 docentes caleños entre el 2017 y 2019 fueron reportados por presunto abuso sexual a sus estudiantes; que este año hubo 55 denuncias, a través de plantones y medios, que involucraron a 7 docentes de tres instituciones, y que este 2022 llega a su último mes con la cifra de 107 denuncias, 67 de ellas en colegios oficiales y 40, en privados. No olvidemos también lo ocurrido en Bellas Artes, donde gracias a la presión estudiantil se abrieron procesos judiciales de acoso.

No olvidemos también que este año se emitió la Resolución No. 014466 del 25 julio de 2022, del Ministerio de Educación, con los lineamientos de prevención, detección, atención de violencias y discriminación basada en género en las Instituciones de Educación Superior, otro tema tan complejo como el abuso sexual en primaria y secundaria.

A raíz del foro Paremos Ya se reinstaló la mesa de diálogo contra el acoso
escolar en la ciudad, que el pasado viernes se reunió para ver cómo garantizar la protección integral a las estudiantes que denuncian y evitar que sean revictimizadas. Y para solicitar que se revise la medida laxa de trasladar al profesor acosador. La Secretaría de Educación aseguró estar comprometida, pero sin herramientas, porque el Ministerio está dejando solas a las ciudades en esto. Y entonces, ¿qué hacemos? Al final los profesores señalados cuentan con el apoyo de los sindicatos de los que hacen parte. Pero las estudiantes, las acosadas, ¿con quién cuentan? Y menos en una sociedad donde hasta hace muy poco el acoso sexual estaba tan pero tan normalizado y aún, tan minimizado. O donde la culpa recae sobre la mujer, la ‘niñita buscona’. De ahí el silencio del subregistro enorme que habita este tema, para no exponerse, para no sufrir el estigma, para sanarse sola.

“Soy Oriana Cubillos llevo 12 años estudiando en el Rafael Navia Varón. Este año decidimos denunciar el acoso sexual, del cual hemos sido víctimas desde grado sexto. Gracias a una docente y al proyecto de educación sexual tuvimos la fuerza para alzar la voz y denunciar. No ha sido fácil, hemos sido perseguidas por nuestros propios compañeros y se ha tratado de minimizar el caso por parte de algunos profesores que lo han tomado como chiste”.

Por Oriana y por tantas y tantos más, tolerancia cero al acoso sexual. @pagope

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