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¿Qué es ser buen negociador?

Este gobierno presentó la firma del primer punto del acuerdo con las...

8 de junio de 2013 Por: Paloma Valencia Laserna

Este gobierno presentó la firma del primer punto del acuerdo con las Farc como un hecho histórico. Se hizo una lista detallada de todos los procesos en los que se ha intentado negociar y se resaltó que en ninguno de ellos se llegó a firmar. Reconocieron que era solo una quinta parte de la firma, bueno, no tanto, pues también se admitió que quedaban asuntos por conciliar. El país no sabe aún que se negoció; no sabemos cuáles fueron las concesiones que hizo el Estado, menos aún si en algo cedió las Farc. Es de esperar que solo el Estado haya cedido y adquirido compromisos, pues todos los puntos salvo el de víctimas, se refieren a lo que el Estado debe hacer por las Farc. El Estado hará acuerdos sobre agro, salud, educación, participación política… que serán el precio que vamos a pagar para que ellos cambien, como dice el Presidente, las balas por los votos. Las críticas son diversas: no se deben dar incentivos al crimen, no se debe discutir la política agraria del país con quienes han sido sus mayores victimarios, no se debe dar entidad política a los terroristas -quienes la reciben al disponer de los micrófonos del mundo para críticas al Estado colombiano, y hablar con él como su igual. No se le puede ofrecer participación política al narcoterrorismo, porque alguna vez, tuvo un origen insurgente… Más allá de estas cuestiones éticas que no son menores, pues apuntan a la injusticia que supone este negocio y sus consecuencias hacia el futuro, existe también la necesidad de ver que los colombianos no salgamos tumbados. Lo primero en un negocio es saber qué se compra, y cuál es el precio. Algunos creen que se compra la paz, y están dispuestos a pagar por ella. Semejante idea debe ser revisada. La desmovilización de las Farc -aun cuando sea completa- no significa la paz; es la reducción de la violencia -que apreciamos y queremos- y la facilidad de enfrentar otros grupos criminales armados que no tienen un “proyecto político” -por ahora. Un buen negociador sabe lo que compra. No se deja meter gato por libre; no compra un nombre creyendo comprar la paz; eso lo sabe el Gobierno. Compraremos la franquicia de las Farc. ¿Cuánto vale?El precio es un asunto fundamental en el negocio. Comprar un objeto cuyo precio es 100, de un dueño que insiste en que vale 10.000 es muy difícil. Muchos podrán tratar y fallar. Alguien puede aparecer y comprarlo en ese precio, pero no puede reputarse un buen negociador, ni presumir de un buen negocio. En ese sentido, la presentación sobre la consolidación del acuerdo, después de los esfuerzos que han realizado tantos otros presidentes, debería generarnos sospecha: ¿Cuánto pagamos?Las transacciones con las Farc no se han alcanzado porque siempre han querido demasiado. En la extorsión que le hacen a la sociedad colombiana, se muestran como poderosos, y pretenden que su desmovilización les alcance para apoderarse del poder; nada más y nada menos. Preocupa que el gobierno Santos llegue a acuerdos cuando para nadie es un secreto la intransigencia de las Farc. Y cabe preguntarse cómo es que ahora tranzan. Puede ser que la seguridad democrática cambió su postura, y que saben que no serán capaces de aguantar la fuerza estatal, se están haciendo viejos, se están quedando solos, pues el socialismo bolivariano -del que ahora las Farc se dicen aliadas- ya está gobernado en otros países. Pero puede ser también, que Santos está pagando lo que ellos piden. Si las Farc hubieran podido tomarse el poder, ¿qué habrían hecho con él? ¿Para qué lo usarían?