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Poder, sexo y mujeres

Tres grandes potencias occidentales podrían estar dominadas por mujeres antes de que...

9 de julio de 2016 Por: Muni Jensen

Tres grandes potencias occidentales podrían estar dominadas por mujeres antes de que se acabe el 2016. Angela Merkel lleva más de una década como canciller federal de Alemania y encabeza todas las listas que publican las revistas sobre los personajes más poderosos del mundo. Además de conducir a Alemania, motor económico de Europa, es la indiscutible capitana de la Unión Europea. Ha capoteado la crisis del euro, la de los refugiados, el Grexit y el Brexit, las protestas callejeras y el nacionalismo, los wikileaks, el G7, la Otan, al señor Obama, y a las Naciones Unidas. Como si fuera poco, Merkel, la hija prudente de un vicario de Berlín, acuñó entre los jóvenes su propio verbo, ‘merkeln’, que en la calle se traduce como ‘tardar en tomar decisiones’. Aunque se le acuse de lenta deliberadamente, ha toreado una veintena de jefes de Estado, la ha llamado gorda Berlusconi, le hizo masajes en los hombros Bush, la asustó con un perro furioso Putin, y se alista para reunirse con el que para ella en el poder sería un tercer presidente de Estados Unidos. Que, según las apuestas, será una presidenta.Sí. Hillary Clinton está a punto de empacar maletas para su segunda mudanza a la Casa Blanca. Aunque es pronto para asegurar su triunfo, su ventaja frente a Donald Trump es ahora más holgada y su principal dolor de cabeza electoral se le alivió un poco esta semana al ser exonerada de un crimen por el uso de su servidor privado para intercambiar correos clasificados mientras era Secretaria de Estado. A pesar de un fuerte y muy público tirón de orejas por parte de James Comey, director del FBI, quien la tildó de “irresponsable” y sus actos de “incorrectos”, se salvó por un pelo de una acusación penal, la cual habría sepultado para siempre sus aspiraciones. Hillary puede hoy pasar la página y concentrarse en sobrevivir hasta noviembre, y de la mano de Obama, los esperados golpes bajos del candidato republicano Donald Trump. Si bien para algunos su triunfo es más una victoria de las elites que una proeza del feminismo, Hillary está cerca de romper una racha de 44 hombres en poder del llamado botón nuclear.Al otro lado del Atlántico, en el Reino Unido, tras el triunfo del Brexit y las renuncias en serie de los principales políticos del país, la fila para asumir el cargo de primer ministro la encabezan dos mujeres del partido conservador: Theresa May y Angela Leadsom. Para muchos es motivo de alivio que entre estas dos políticas de derechas recaiga la tarea de resolver el caos generado por la abrupta salida de Inglaterra de la Unión Europea. Como asegura una reciente columna del diario inglés The Guardian, “hay un creciente deseo de que unas líderes fuertes entren a limpiar el desorden que han dejado los hombres”. Asegura The Guardian que en momentos de crisis las mujeres son más prácticas y que no las guía la testosterona sino el sentido común.Pero por muchas presidentas que se sienten en las mesas principales de la política mundial, lo cierto es que en la cultura de Occidente no hay suficientes símbolos femeninos asociados con el poder. La cultura occidental, creada por un cristianismo en masculino, no tiene ni diosas ni festivos femeninos, ni símbolos siquiera, ni grandes heroínas. Hay más reinas de belleza que monarcas, y más princesas de Disney que superheroes mujeres. Las políticas con falda corta son tildadas de provocadoras, y las de pantalones muy matronas. Hoy en más de 20 países son jefes de gobierno, pero aunque suman casi el 50% de la población mundial, las mujeres representan un 11% del poder presidencial.Tal vez está cerca el momento en que las presidentas no sean noticia, pero mientras tanto Estados Unidos está a punto de tener en la Casa Blanca de ‘primera dama’ al impredecible Bill Clinton. Y por qué no, en un futuro, a Barack Obama.Sigue en Twitter @Muni_Jensen