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Los derechos humanos, los derechos a un ambiente sano, los derechos al...

16 de julio de 2011 Por: Miky Calero

Los derechos humanos, los derechos a un ambiente sano, los derechos al correcto uso del suelo, todos estos derechos y muchos más se están violando en el caso que voy a relatar a continuación, ocurrido en San Andrés.El gobierno de la isla ya empezó la construcción de un centro de reclusión de menores en su parte sur, en un predio que, dice el Plan de Ordenamiento Territorial, es para uso primario en agricultura o turismo. El Gobierno alega que sólo acata una orden de tutela emitida por un juez del Archipiélago que lo obliga a cumplir con el Bienestar Familiar, entidad que reclama para construir el centro de reclusión un predio de mínimo 4 mil metros cuadrados. Nunca se dice que tiene que ser en esa parte de la isla y tampoco en los 16 mil metros que tiene el predio. Es el sector de San Andrés menos afectado por la presencia humana, desovadero de cangrejos y rodeado de muchas fincas de raizales agricultores. En un departamento que tiene muchas de sus escuelas en deterioro, donde inclusive quedó inconcluso un proyecto de universidad, nadie se explica cómo se va a construir este elefante a un costo de $7.500 millones para albergar un máximo de 25 infractores que van a contar con todo tipo de recursos y comodidades.Nunca se hizo una consulta previa con los raizales afrodescendientes como manda la Ley. Ellos han dicho de todas las maneras posibles que no quieren ese proyecto allí, pero lo más triste es que el gobierno de la isla, que es presidido por un raizal, insiste en hacerlo. Es increíble que en toda ese área el Gobierno Departamental no haya construido ni siquiera un parque con canchas deportivas. Casi la mitad de la isla sin un espacio de esparcimiento para que en vez de tener que reprender a los jóvenes infractores, ellos puedan sanamente alejarse del crimen y la droga. Parece que las prioridades en el ‘paraíso’ están invertidas.Con respecto al impacto sobre el medio ambiente, ni se diga. No hay alcantarillado ni acueducto en esa zona. Se hubiera podido construir el centro de reclusión en otros lotes propuestos, que ya pertenecían al Gobierno a través de Estupefacientes y que ya estaban desafectados, haciendo innecesario comprar un predio por la suma de $725 millones. Los 16 mil metros van a ser cercados por muros de concreto de cinco metros de alto, impidiendo el tránsito de cangrejos que tienen en esa parte de la isla su sitio de reproducción. Todo un despropósito. ¿Por qué? ¿Qué hay detrás de esta decisión que parece traída de los cabellos? Buena pregunta que hasta ahora no tiene respuesta, como tampoco la tiene la cantidad de violaciones que se cometen a diario y que llevan a que la vida sana en el futuro sea muy incierta. Hacemos un llamado al Gobernador de San Andrés para que reflexione. Siempre hay tiempo para tomar decisiones que favorezcan el bien común.