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Una sociedad consciente

Algunos lectores de esta columna me reclaman cuando escribo de temas distintos...

3 de mayo de 2014 Por: Miky Calero

Algunos lectores de esta columna me reclaman cuando escribo de temas distintos a la defensa del medio ambiente, refiriéndose a que debería siempre hablar de los árboles y los ríos. Es claro que para tener un sistema autosostenible, respetuoso de la naturaleza, es indispensable que más personas nos volvamos conscientes y contagiemos a otros, solo con una humanidad sensible se llegaría a un sistema donde haya total respeto y armonía. Tengo un buen amigo de nombre Jahuira que lo describe muy bien en tres palabras: Ecología del alma.Hace poco en una reunión con la candidata Isabel Segovia, formula vicepresidencial de Peñalosa se habló que para tener una sociedad armónica, hay que mejorar la calidad de la educación y crear un Ministerio del Bienestar Rural. En el campo es donde está el futuro de la vida, allí están las fuentes de alimentación y el recurso más preciado, el agua. Mientras no haya más equilibrio y oportunidades nunca llegaremos a lo que todos en el fondo todavía tenemos en el corazón: el deseo de una sociedad en paz consigo misma y con el resto de el planeta.Tenemos que volvernos mejores seres humanos, es importante dejar atrás la soberbia de pensar que somos los únicos dueños del mundo y que por lo tanto podemos arrasar con los recursos naturales.La soberbia es árida mientras la humildad es próspera. El verdadero sentido de ‘Prosperidad para todos’ debería referirse a tener un sistema balanceado, autosostenible y respetuoso del entorno. Nunca tendremos paz si no hay justicia social y donde se mejoren completamente las condiciones del campo para que ‘los pequeños’ tengan las mismas oportunidades de ‘los grandes’. Los monopolios solo traen ruina, porque llegará el momento en que ‘los ricos’ no tendrán a quien venderle sus productos, ya que como vamos la clase media desaparecerá y los grandes capitales estarán concentrados en unos pocos dejando a la gran mayoría en la pobreza absoluta.Esto no se trata de política de Izquierda o de Derecha, esto es de sentido común y buena disposición. Tampoco se trata de que todos tengan lo mismo, pero que sí haya una mejor repartición. Muchas veces me tildan de ‘mamerto’ porque hay la errada idea que si uno no defiende la derecha con su sistema de monopolios capitalistas es de izquierda, ¡No señores! Me gusta el capital y un sistema de vida cómoda, lo que no me gusta es la extrema desigualdad donde ‘unos vivos bobos’ tengan costumbres ‘non sancta’ que abusan y tumben a diestra y siniestra. Repito dos frases; ecología del alma y la soberbia es árida mientras la humildad es próspera.