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Tráfico y folclor

¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? Mientras me craneaba...

25 de agosto de 2012 Por: Miky Calero

¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? Mientras me craneaba el tema de la columna y quería que fuera sobre el Petronio me llamó Alex Ospina para hablarme sobre el preocupante tráfico de aves, especialmente sobre flamingos, especie que es de gran demanda de personas que no parecen humanos ya que compran estos animalitos para ‘adornar’ sus propiedades. Se nos ocurrió con Xime entrelazar los dos temas que tienen que ver con los lados opuestos del comportamiento humano.Quiero destacar el Festival Petronio Álvarez donde cientos de personas de todas las razas nos reunimos pacíficamente a disfrutar de la música del Pacífico, una muestra de que unidos podemos hacer buena música, buena comida y buena vibra. Cada vez disfrutamos más ese apoteósico acontecimiento de nuestra bella Cali, evento para mostrar en cualquier parte del planeta. Qué viva el Festival y sus creadores como German Patiño. Bien por el Alcalde y sus colaboradores que estuvieron disfrutando y apoyando ese berraco evento.Pero, por el otro lado, está el tema de los flamingos que deja ver el comportamiento oscuro de nuestra especie. Cómo es posible que exista un negocio tan lucrativo que maltrata las otras especies, que tienen derechos iguales a los nuestros para habitar este globo terráqueo en paz. Cómo es posible que hayan bastardos que compren animales para exhibirlos en sus desproporcionadas propiedades. Me quedo corto con la palabra bastardos porque realmente son unos ¡descorazonados! ¿Saben esos señores que para traer los flamingos ilegalmente de la Guajira tienen que enrollar sus largos cuellos por la parte de atrás de sus cuerpos para que puedan pasar desapercibidos? De 10 solo 1 sobrevive el viaje. ¡Qué horror! ¿Por qué hemos llegado a ese grado de crueldad? Creo que Dios nos debe ver como una especie que busca su autodestrucción.Vuelvo al Petronio porque no quiero terminar de escribir con un tema que me produce tristeza, de verdad sufro con el maltrato animal. A las personas que aún no han ido al festival quiero recomendarles que el próximo año no dejen de hacerlo, vale la pena. Me comentaba el amigo Pedro Medellín que vino a visitarnos desde España, que ha asistido a mucho festivales en del mundo pero que como este, ninguno, que el nunca se imaginó la berraquera de este evento, lo vi al lado de Guerrero moviéndose al vaivén de la marimba. Creo que las Canchas Panamericanas donde se celebró fue un acierto. En esta ocasión vi más extranjeros delante de nosotros en la cola que se movía, había un ‘british’ muy contento, very nice indeed.¡Qué viva Cali, ciudad de muchas aguas y muchas razas!