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Ha tomado mucho auge hablar de minería ilegal y los daños que...

11 de junio de 2016 Por: Miky Calero

Ha tomado mucho auge hablar de minería ilegal y los daños que ésta causa al medio ambiente. Es un negocio muy lucrativo que enriquece a unos pocos con el sudor de muchos. Bastantes personas se rasgan las vestiduras y condenan ferozmente a aquellos guerrilleros y narcotraficantes que se lucran de ese dinero manchado de sangre, seguramente lo hacen desde sus clubes sociales o jugando al golf. De acuerdo, es un negocio sucio y perverso. Que tristeza las cientos de hectáreas de bosques y de ríos que la minería ilegal y legal destruyen anualmente para sacar de las entrañas de la tierra este metal dorado. Hasta aquí creo que todos los seres humanos estamos de acuerdo, a todos nos duele.Pero la parte triste es que de esa actividad destructora y sangrienta se alimentan todas las reservas federales de las Naciones y los Bancos. A dónde va parar todo ese oro sino es a los grandes Bancos de Estados Unidos o de Europa, o a las joyerías de donde salen los anillos de las que tanto se rasgan las vestiduras. Finalmente todo se vuelve legal o hay alguien que pueda determinar si el oro de sus artes es ‘legal o ilegal’. Me pregunto, ¿por qué vale más un kilo de oro que un kilo de lentejas o de tomates?El ‘valioso’ metal no nos da vida mientras que lo otro sí. Están como invertidos los valores, ¿no?Cuando llegaron los conquistadores a nuestro continente, ¿detrás de que llegaron? No de la cultura ni de la riqueza gastronómica de los pueblos de acá, llegaron a llevarse el oro.Se derramaron millones de litros de sangre para poder despojar a sus dueños de él.Se torturó, se masacró, se humilló y todo ese ‘metal del diablo’ fue a parar a las iglesias y a los palacios de los reyes, de los príncipes, de la clase aristócrata de los conquistadores. Lo mismo ha sucedido con África, cómo fue invadida y se sigue saqueando para llevar diamantes a los pocos que pueden pagarlos, porque bien caros que sí son. Mientras haya compradores ricos, habrá negocio, pobreza e injusticia en los países más pobres. Es la ley de la sociedad que hemos creado, con valores invertidos.P.D. Recomendación, ‘La sal de la Tierra’ película que narra la vida de Sebastiao Salgado, fotógrafo brasileño que retrató todo tipo de injusticias humanas desde las minas de Brasil hasta los desplazamientos de millones de personas por las guerra de avaricia en el continente africano y europeo. Él quedó asqueado de tanta injusticia y decidió regresar a la tierra que lo vio nacer, a reforestar cientos de hectáreas y devolver la vida en su esplendor natural lejos de la mezquindad humana.