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Guerra

Nuestras amenazas ahora son los huracanes, los incendios, las sequías extremas, las pandemias que resultan de destruir el equilibrio ambiental.

15 de marzo de 2021 Por: Miky Calero

“Nos gastamos una auténtica fortuna en defendernos, pero, ¿estamos priorizando bien las amenazas? Crisis climática, ¿te suena?”, así comienza un video que me llegó que con cifras nos muestra lo absurdo de la guerra y de la competencia armamentista. Lo que nos cuesta, no solo pelear con nuestros países vecinos, sino ‘mostrarle los dientes’.

Sigue el video diciendo, “¿sabes qué pasaría si redireccionáramos una parte del colosal presupuesto militar a defendernos de la mayor amenaza real que ha vivido la humanidad?, si el objetivo es defendernos quizás la prioridad no sea comprar armas, sino plantar bosques”.

Aquí algunos datos: 20 millones de personas se convierten cada año en refugiados debido directamente a las catástrofes climáticas, en el 2050 serían 1200 millones las que tendrían que abandonar sus países. La receta… guerra y destrucción.

Nuestras amenazas ahora son los huracanes, los incendios, las sequías extremas, las pandemias que resultan de destruir el equilibrio ambiental.
El costo de la violencia en el 2019 fue del 10% del Producto Interno Bruto global, si destinamos tan solo el 1% de ese PIB a la restauración de ecosistemas podríamos alcanzar los objetivos de París y contener el calentamiento climático. Con el 5%, erradicaríamos el hambre y el trabajo infantil.

Toca dar 4 pasos definitivos: 1. detener la carrera armamentista. 2. Liquidar de raíz el tráfico de armas. 3. Redirigir gran parte del presupuesto militar. 4. Reinvertir el presupuesto a los objetivos de desarrollo sostenible. Hay que coger el dinero que gastamos en guerra e invertirlo en salvar el futuro de la vida en la tierra. ¡Es ahora o nunca!
Las guerras han existido siempre, casi desde que tenemos registros y datos, por ejemplo la Biblia dice que la ‘creación perfecta’ de Dios, Adán y Eva, rápidamente se malogró y que sus hijos se mataron por un plato de lentejas. Después hay varios relatos que nos cuentan de las muchas guerras del pasado, incluso con el propio Dios tomando partido a favor de su pueblo los israelitas.

En una guerra, siempre, óigase bien, siempre hay dos verdades y nos matamos por defender la nuestra, y así nuestro enemigo… ¿Absurdo? Aquí en Colombia somos los campeones en matarnos, creo que somos el país mas violento o uno de ellos. ¿Quién tiene la razón en la larga lucha que llevamos?, ¿el gobierno?, ¿los guerrilleros?, ¿los paramilitares?, ¿los liberales?, ¿los conservadores?, ¿Uribe?, ¿Petro? Cada extremo se sienta en su única verdad sin la flexibilidad que se requiere para dejar de matarnos. Firmamos un Acuerdo de Paz entre los dos bandos más grandes de la guerra y estamos borrando con el codo lo que hicimos con la mano.

Hago un llamado a mis lectores para que sin apasionamientos reflexionemos sobre esto y nos comprometamos con bajarle a la violencia, sea cual sea, política, religiosa o en nuestras propias casas y volquemos toda esa fuerza a construir una paz verdadera y especialmente con nuestra Pachamama, nuestro hogar. La Tierra.