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Esto es mío

Mi casa, mi carro, mi esposa, mi empleada, etc., todo esto es mío. ¡Error! Nada es nuestro, todo es un préstamo, las cosas llegan para usarlas y vendrán otros ‘dueños’.

3 de agosto de 2020 Por: Miky Calero

Mi casa, mi carro, mi esposa, mi empleada, etc., todo esto es mío. ¡Error!
Nada es nuestro, todo es un préstamo, las cosas llegan para usarlas y vendrán otros ‘dueños’. Las personas llegan a nuestras vidas y se van, compartimos momentos, pero no nos pertenecen. Como dice Héctor Abad Faciolince, después viene, ‘el olvido que seremos’. La casa que habito actualmente dentro de, qué se yo, 50 años, quien sabe si todavía esté en pie o la habite alguien totalmente desconocido. Seguramente hace seiscientos años aquí habitaban indios o solo animales. Todo es pasajero.

Hice esta reflexión acordándome de mi padre, una persona que tuvo muchos éxitos y reconocimientos, que murió ya hace más de cincuenta años cuando yo era solo un pequeño adolescente. Pero después que yo me vaya ya no quedarán muchas personas vivas que lo recuerden, pasará al olvido. Como es actualmente con mis tatarabuelos, que ni siquiera sé cómo se llamaban.

Yo también pasaré al olvido, así es la vida en este planeta, por lo menos la vida que conocemos en este plano físico, lo otro siempre seguirá siendo un gran misterio, que muchas religiones y tendencias espirituales tratan de explicar, muchas verdades y solo un gran misterio.

Cuando ponemos todo nuestro sentido de seguridad en nuestras ‘posesiones’ o nuestros allegados, eventualmente podemos experimentar grandes frustraciones si esas cosas o esas personas ya no están. No tener apegos es la verdadera experiencia de la libertad.

Por eso ‘parceros’, entre menos cosas tengamos, menos pérdidas y frustraciones tendremos. Y las cosas que tengamos siempre las agradezcamos como prestamos de la vida para hacer el paso por ella más cómodo y agradable. Por eso es preciso aprender a compartir, “hay mayor alegría en dar que en recibir”, dijo el gran Jesús, buen maestro en el arte del desprendimiento. Lástima que su imagen sea tan mal utilizada para que tantos ‘pastores’ acumulen grandes cantidades de dinero y lujos que Él nunca tuvo.

“Cada cosa que poseemos ocupa un lugar en nuestra mente”, dijo Gueshe Michael. “El deseo de poseer termina poseyéndonos”, me dijo una buena amiga. “Tus hijos no son tus hijos. son hijos e hijas del la vida deseosa de sí misma. No viene de ti sino a través de ti y aunque estén contigo no te pertenecen”, palabras de Khalil Gibran. El gran Toro Sentado dijo, “La tierra no nos pertenece, nosotros pertenecemos a la tierra”.

“Deja de quejarte y goza el presente. Si te sirve de consuelo, ya has ganado con esos pantalones y esa sudadera que llevas puesto. Pues cuando viniste al mundo estabas desnudo”. Gracias por esas palabras maestro Cabral.

Mío solo será lo que me lleve a ese gran misterio. Mío es solo lo que en el presente pueda compartir, el amor y la compasión. Mía es mi alma, ¿será?