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Destino Paraíso

No sólo por la referencia que se hace de la hacienda en...

23 de octubre de 2010 Por: Miky Calero

No sólo por la referencia que se hace de la hacienda en la novela María de Jorge Isaacs, sino por la belleza y exuberancia de sus paisajes, el Valle del Cauca es un verdadero paraíso. Campeón en fauna ya que tenemos desde ballenas jorobadas en el Pacífico, hasta la más extensa variedad de pájaros y mariposas de toda Colombia, por no decir del mundo. Por lo de la flora, ni se diga, ya que en sus selvas húmedas tropicales y páramos de montañas hay una variedad de flores y árboles únicos en el planeta. Cantidad de orquídeas que hacen alucinar a los aficionados a coleccionarlas y conservarlas.Costa Rica es un país que ha sabido vender el turismo ecológico y es su mayor fuente de divisas. ¿Por qué no hacer lo mismo nosotros? ¿Por qué estamos tan relegados como departamento en nuestra promoción turística? ¿Qué nos pasa que sólo podemos pensar en ‘explotar’ nuestros recursos por el lado de la minería y la industria? Atraigamos más turismo sano, gente que quiera compartir esta berraquera de naturaleza que tenemos, conservándola para nuestros nietos y generando empleos dignos en áreas como la hotelería, gastronomía y transporte.Qué lindo pensar en Juanchaco y ladrilleros, llenos de hoteles verdes con turistas de todas partes disfrutando de las ballenas que saltan en las cálidas aguas del Pacífico. Qué bueno ver hoteles como el Guadalajara de Buga lleno de aficionados al avistamiento de aves tropicales que están acá los doce meses del año. Traigamos personas que quieran conocer las haciendas centenarias repletas de historias que existen en el Valle. Sería bacano buscar turismo ecológico, gente que venga con actitud de respeto, con deseos de conservar la naturaleza y la historia; Repito, Costa Rica lo logró y es ejemplo.La Fundación Carvajal, con la Cámara de Comercio y otras entidades están trabajando en el proyecto ‘Destino Paraíso’ promocionando el centro del Valle. El lago Calima con sus deportes acuáticos, el río Cauca con sus madres viejas y su pesca artesanal, el turismo religioso con sus iglesias, el Museo de la Caña, el vuelo libre del parapente en Piedechinche, y mucho más. Pero falta bastante por hacer. Debería ser una política de Estado invertir en la promoción del Departamento no sólo como destino para nuevas industrias, sino como una de las mejores opciones de turismo ecológico en el planeta.Recordemos, los recursos naturales no son inagotables, debemos conservarlos y qué mejor que mostrándolos al mundo entero. Dejemos algo natural para las generaciones venideras. ¡Vivan el verde Valle del Cauca y sus hermosos ríos… Qué orgulloso me siento de ser vallecaucano!