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Deseducación

Reconozco que educar bien a los hijos es complicado y los padres siempre queremos hacerlo de la mejor manera y cometemos errores, repito es una reflexión y no la verdad absoluta.

6 de diciembre de 2021 Por: Miky Calero

La modernidad y los ‘avances’ de la humanidad han traído muchos beneficios en lo que tiene que ver con los derechos humanos, el derecho de las mujeres, el derecho de las minorías, el de los niños, etc., etc., etc. Eso es muy bueno, pero al mismo tiempo se nos han olvidado los ‘deberes humanos’.

Voy a referirme a lo que tiene que ver con la educación y especialmente con la de los niños o hijos nuestros, es solo una reflexión, no la verdad absoluta.

A los niños no se les puede violentar físicamente, ni emocionalmente y eso es algo que ni se cuestiona; el abuso es algo intolerable, totalmente de acuerdo.

Pero allí es donde viene mi reflexión. ¿No se nos está yendo un poco ‘la mano’, como dice el dicho? ¿No será que la disciplina a la que las generaciones pasadas estábamos acostumbrados era de cierta manera mejor? ¿Será que no hacerla y permitir que los niños en sus ‘derechos’ hagan lo que se les dé la gana, será bueno?

Yo vengo de los tiempos en que, si uno no saludaba bien a los adultos con la expresión, ‘sí señor’ ‘no señora’ estaba en problemas. Tiempos aquellos en que había castigos más severos como, “se va pa’ su cuarto y no sale hasta que yo diga”; decía mi mama y en algunas veces un chancletazo ayudaba a enfatizar el mensaje.

Tiempos en que por más plata que hubiera en la casa, desde chiquitos se nos enseñó a trabajar y cuando salimos para la universidad, a buscar cómo ayudarse, ‘meseriando’ o lavando platos, eso nos forzó a ver lo importante de que las cosas se consiguen con esfuerzo y no con pataletas y berrinches.

Siento, con todo el debido respeto, que la sicología moderna en ocasiones está llevando a que los niños sean los que deciden que se hace o no en los hogares; inclusive regañando a los padres o siendo groseros con el beneplácito de los mayores. No poner límites es una forma de complicarles la vida futura.

En una charla con mi buen amigo Evans sobre el tema, él me decía, en estos tiempos no hay verdaderos líderes, como Churchilles, Mándelas, Gandhis o madres Teresas. Personas que tuvieron infancias y vidas marcadas por la disciplina. Me expresaba que muchos de los muchachos de hoy en día no tienen un horizonte claro porque no se lo han tenido que forjar.

Un ejemplo al que hago referencia en estas reflexiones es el de la familia Carvajal, el patriarca Don Manuel instituyó que los hijos que fueran a estudiar en grandes universidades al regreso tenían que desempeñar todo tipo de oficios, como montacargueros u operadores de rotativas y si tenían cualidades para ascender la misma dinámica de la empresa lo determinaría, nada de ‘hijos de papi’.

Reconozco que educar bien a los hijos es complicado y los padres siempre queremos hacerlo de la mejor manera y cometemos errores, repito es una reflexión y no la verdad absoluta.

Un saludo fraternal a todos los padres y madres, colegas. ¡He dicho!