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Banco y Panthera

Dos historias, un solo fin. Primera. Decepcionado de mi banco voy a...

18 de junio de 2011 Por: Miky Calero

Dos historias, un solo fin. Primera. Decepcionado de mi banco voy a tomar la decisión de cancelar la cuenta que he tenido durante 35 años en una de sus sucursales en el oeste de la ciudad. Conservé la cuenta a pesar de haberme mudado hace muchísimos años al Sur, donde estoy actualmente. He pasado por todas las incomodidades de tener un banco tan lejos de mi sitio de trabajo. Pensé que manteniendo mi fidelidad y antigüedad iba a tener un tratamiento más amable en momentos de necesidad. No ha sido así; en una pequeña crisis que tuve el banco no estuvo allí para mí, como en muchas otras ocasiones. Cada vez es más la distancia que toman las entidades con uno… Uno es sólo un número más. Las energías se concentran en conseguir nuevos clientes. Una vez enganchados y adentro ya no se preocupan más.El sistema capitalista actual está mandado a recoger, porque sólo aplaude los números mas no las verdaderas necesidades de las personas. Sólo interesa cuánta plata generan sus acciones volviéndose un sistema sin misericordia, sino miren cómo tanta gente ‘pobre’ pierde sus casas con el sistema bancario. Está diseñado para favorecer a unos pocos, por lo cual el capital se concentra cada día más en menos manos, creciendo la pobreza a pasos agigantados. Es claro que la vida con comodidades es buena, pero debería ser para todos. No quiero decir con esto que la alternativa sea el desgastado socialismo que también a mostrado ser un total fracaso. No somos unos ‘mamertos’ ni unos resentidos los que criticamos el desalmado sistema financiero. Es urgente buscar una nueva fórmula (que, la verdad, no sé cuál sea), porque la injusticia del sistema actual tarde que temprano va a estallar.Segunda historia: la Fundación Panthera de Colombia, bajo la dirección del caleñísimo Esteban Payán, trabaja duro por conservar el hábitat de los grandes felinos, que cada día pierden a manos de los terratenientes. O terminan muertos por los finqueros que defienden sus vacas. Esta fundación, junto con todas sus semejantes, trabaja para devolver y conectar los predios que estos grandes animales necesitan para sobrevivir, y así seguir la cadena que sostiene el frágil ecosistema que garantiza la vida sobre el planeta. ¡Labor cojonuda, mis respetos viejo Esteban! No es fácil tratar de cambiar el sistema arrasador.Las advertencias que la madre naturaleza nos hace a diario muestran que ya es hora de tomar cartas en el asunto. No podemos seguir campantes como si nada estuviera pasando. Después que pasan las tragedias nos olvidamos y permitimos que el sistema actual siga empobreciendo a muchos más, que siga arrebatándole las tierras a muchos para entregársela a unos pocos. No podemos seguir acabando los recursos no renovables. La conexión de estas dos historias, el que la entendió, la entendió.