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Qué difícil es vivir en el momento, berraco poder desconectarse y solo...

24 de enero de 2015 Por: Miky Calero

Qué difícil es vivir en el momento, berraco poder desconectarse y solo disfrutar del ahora, sin pensar en el sobregiro, en cómo salir con la secretaria sin que la mujer se dé cuenta, sin preocuparse por tener mejor carro que el vecino y cómo seguir acumulando y acumulando desde plata hasta cualquier cantidad de maricaditas.Hace unos días con varios amigos hicimos una práctica de meditación dirigida por una persona muy bella, exprofesor del Colegio Bolívar y ahora en un camino espiritual muy bacano, Chris Papadopoulos. Durante la hora o más que estuvimos haciendo terapia solo unos pocos minutos logré desconectarme y solo estar allí presente, sintiendo mi respiración, mi corazón, mi sangre correr por la venas, allí, ahora, presente.El mundo moderno con su tecnología a millón, nos tiene en una carrera permanente de nunca acabar hacia el ‘éxito’, hacia la ‘fama’, hacia ser ‘triunfadores’ y no nos permite vivir el presente, sentarse a disfrutar del viento sobre los árboles, a mirar el cielo, a sencillamente estar allí con uno mismo, sin juicios, sin envidias, sin rabias.Cuando comemos cómo es de importante estar allí, para nuestra salud tenemos que ser pausados a la hora de comer, disfrutando el sabor de cada alimento, masticando y agradeciendo, allí. El cuerpo está conectado y cada miembro es parte de un todo, allí la importancia de poder estar consciente de cada cosa que hacemos con él. Qué bacano es poder tener la costumbre de hablar con cada unos de los miembros de nuestro cuerpo, con el hígado, con los pulmones, con las rodillas, con el corazón y que ellos hablen entre sí. Visualizarlos y consentirlos.Recuerdo que hace unos años atrás, llegaron los problemas de rodillas por mi práctica deportiva de trotar. Un buen amigo médico me dijo que ya estaban gastadas y que era hora, o de operarme o de cambiar de deporte. Tengo por filosofía no dejarme rajar hasta donde sea posible por lo cual me decidí por el nado. Pero lo mío es el trote. Después de unos meses de levantarme temprano a meterme en una piscina helada, empecé a extrañar poder subir a las montañas. Decidí hablar con mis rodillas y pedirles el favor que todos los demás, los brazos, las manos, el páncreas, los ojos, etc. queríamos volver a trotar. Surtió efecto hoy día después de muchos años y a mis 58, sigo trotando y caminado por mis amadas montañas, gracias rodillas. Mi amigo Chris enfatiza mucho que para meditar no se necesita ser un yogui en posición de Lotus, se puede meditar en cada momento de la vida es solo estar consciente y pausadamente disfrutando del momento, conscientes de la respiración.Podemos estar meditando, mientras manejamos, mientras nos lavamos los dientes, o mientras hacemos el amor, solo es poder estar allí en cada momento.