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Carta desde China

Luis Cantillo, amigo, es doctor de la Academia China de Arte y ha vivido en ese país por espacio de ocho años.

13 de febrero de 2020 Por: Medardo Arias Satizábal

Luis Cantillo, amigo, es doctor de la Academia China de Arte y ha vivido en ese país por espacio de ocho años. Artista, gestor cultural, profesor de la Universidad de Sichuan y del Externado de Colombia, divulga la cultura colombiana en China y viceversa. Editó recientemente la revista digital Mareas Pacífico para la Facultad de Humanidades de la Universidad del Valle.

Acabo de pedirle un informe desde la ventana de su habitación en Sichuan y esta es su carta:

“Recordado Medardo:

Estamos entrando en la fase de aprender a convivir con el virus hasta que sea erradicado. El Coronavirus es menos contagioso que Zika, Ebola o Sars; todo esto tranquiliza, sin embargo a raíz de la muerte el pasado 6 de febrero del médico Li Wenliang con apenas 34 años, -quien será recordado como un héroe por haber querido informar del peligro del virus a comienzos de enero-, hace que todos tomemos seriamente las precauciones que han dado: usar tapabocas, lavarse bien las manos y sobre todo evitar salir a lugares concurridos. El gobierno recomienda bicicletas para ir al trabajo; si se emplea transporte público, tratar de mantener una distancia de 1 metro con los demás.

Siento que la mayoría de las personas comparten la idea que China se está sacrificando por la seguridad del mundo.

Aquí en Chengdu, la capital de Sichuan en la región de los pandas, la situación no es tan grave. El número total de contagiados está en 124 personas; ayer solo se confirmó un caso nuevo. Hay una aplicación de celular que te permite ver en el mapa el lugar donde están las personas convaleciendo por el virus.

No se compara con la ciudad de Wuhan epicentro del virus, hoy en cuarentena. Ahí, además de los dos hospitales que construyeron, habilitaron coliseos y dormitorios de estudiantes para que sirvan como lugares para atender a los enfermos. En general la curva de casos nuevos ha bajado en los últimos días y las personas aliviadas van subiendo.

Las calles se ven vacías. Yo diría que el 95% del comercio está cerrado; con decirte que veo que hasta el KFC tiene las sillas patas arriba. A la entrada del banco el guarda de seguridad con un ‘spray’ te desinfecta las manos y echa desinfectante a la suela de los zapatos.

Dentro del conjunto residencial donde vivo, también hay avisos que dicen que si uno acaba de regresar a la ciudad debe registrarse en la administración. Frente a mi casa, una pancarta dice: “En la medida de lo posible no salga, es una responsabilidad con usted mismo y con los demás”.

Entre las medidas para prevenir el contagio, el gobierno decidió que todas las escuelas y universidades del país deben aprovechar Internet. La empresa Alibabá tiene una aplicación que se llama Ding Ding o Ding Talk, plataforma de comunicación y colaboración que te permite hacer reuniones y compartir documentos en línea. Desde el año pasado estoy grabando un Mooc (Massive Open Online Course) sobre cultura colombiana y quieren que lo termine pronto para poder compartirlo y aprovechar que las personas están en sus casas.

Si recuerdas, cuando llegué a Chengdu te decía que es la ciudad de la buena mesa, tiene una cultura gastronómica muy rica y les encanta el picante. Hay tantos y tantos restaurantes que es extrañísimo verlos ahora cerrados.

Para terminar, tengo una imagen sonora que te encantaría; imagínate que vivo al pie de un jardín infantil y hay mañanas en que las siguientes líneas me levantan:

“Day o, day o/ Daylight come and me wan' go home/
Day, me say day, me say day, me say day/
Me say day, me say day o/ Daylight come and me wan'go home…”

Nada menos que Harry Belafonte con su ‘Banana Boat Song’; otro días son Dadee Yankee con ‘Dura’, o ‘Carless Whisper’ de Wham! o Mozart. Pequeñines creciendo con todo tipo de música del mundo; para mí esta es la verdadera Nueva Ruta de la Seda.

Un abrazo, Luis”.

Sigue en Twitter @cabomarzo

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