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Otra vez Isagen

La venta de Isagen, una de las joyas de la corona...

4 de agosto de 2013 Por: Mauricio Cabrera Galvis

La venta de Isagen, una de las joyas de la corona de las empresas estatales, ha sido el deseo frustrado de los tres últimos presidentes para tapar los huecos fiscales. Para fortuna del país ninguno de ellos la pudo realizar, aunque Uribe sí alcanzó a regalar una parte de la empresa.Pastrana intentó la privatización en el 2000, pero una afortunada sentencia de la Corte Constitucional se lo impidió. En el 2002 el gobierno de Uribe consultó al Consejo de Estado sobre la posibilidad de reanudar el proceso de venta, pero aunque tuvo respuesta positiva solo lo hizo realidad en el 2007 cuando vendió, muy por debajo de su valor, el 19.22 % de las acciones de la empresa. En el 2010 Uribe intentó vender el resto, -en contra de la opinión del entonces candidato Santos quien se oponía a esa venta-, pero afortunadamente no le alcanzó el tiempo.Ahora se han invertido los papeles. El gobierno de Santos, por boca de su Ministro de Hacienda, anuncia la venta del 57.66 % de las acciones de Isagen que aún posee, y el vociferador ex-presidente se opone amenazando inclusive con una Acción Popular para impedir la enajenación.Dejando de lado el importante debate sobre si la generación de energía es una actividad estratégica del país en la cual el Estado debe mantener una presencia minoritaria (con Hidrosogamoso Isagen atenderá un poco más del 20 % de la demanda nacional de energía), desde el punto de vista estrictamente financiero hay que decir que hubiera sido un gran error vender a Isagen en el pasado, y también sería un gran error hacerlo ahora.Miremos las cifras. Hoy el Gobierno planea vender cada acción de Isagen a $2.850, de manera que la empresa valdría unos USD$4.100 millones. Si Pastrana la hubiera podido vender en el año 2000, en medio de la gran recesión económica, lo habría hecho a un precio equivalente de USD$500 millones, es decir que el Estado habría perdido una valorización que multiplicó por 8 el valor de la empresa. Y hay que enfatizar que esa enorme valorización no se hizo como empresa privada sino con una muy eficiente administración pública.La privatización del 19.22% de Isagen en el gobierno de la reelección comprada, causó un cuantioso detrimento patrimonial al Estado colombiano. En julio de 2007 el gobierno valoró y vendió esas acciones a $1.130 c/u, y recibió $592.000 millones. Tan solo dos meses después de la venta, las acciones ya se cotizaban en la Bolsa a más de $2.000, de manera que el gobierno regaló a los afortunados compradores privados la bobadita de $500.000 millones de recursos públicos.Al precio de hoy las acciones vendidas en el 2007 valdrían $1.5 billones, es decir que el Estado (o sea todos los contribuyentes) perdieron una valorización de $900.000 millones. No es un caso de ser inteligente para atrás, porque tanto en el 2000 como en el 2007 varios analistas nos opusimos a esa privatización señalando que era muy bajo el precio de venta.¿Se repetirá la historia? El argumento del gobierno es que los dividendos que reparte Isagen son menores que el costo de la deuda que tendría que contratar si no recibe los ingresos de la venta. Es cierto pero es un argumento miope, porque deja de lado las buenas posibilidades de aumento del valor de la empresa por las nuevas hidroeléctricas que está construyendo y las perspectivas de expansión que tiene. El simple análisis financiero muestra que es un error privatizar a Isagen, y más grave si es para tapar un hueco fiscal.

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