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La última Reelección

Si alguien todavía abrigaba dudas sobre el inmenso daño que le ha...

1 de diciembre de 2013 Por: Mauricio Cabrera Galvis

Si alguien todavía abrigaba dudas sobre el inmenso daño que le ha hecho a la democracia en Colombia la figura de la reelección presidencial, las debe haber resuelto al ver lo que ha sucedido tras el anuncio del presidente Santos de que será candidato para un nuevo período.Las acusaciones de que el presidente-candidato está utilizando el poder de su cargo y el presupuesto público para hacer campaña; las declaraciones de que no hay garantías para hacer oposición a un candidato-presidente; las advertencias al presidente de que no puede participar en actos políticos como candidato; el corre-corre del gobierno nacional y los entes territoriales para firmar contratos y llenar puestos antes de que se los impida la ley de garantías.Nada de esto sorprende; muchos lo advertimos cuando la ilícita reforma del articulito abrió la caja de Pandora de la reelección que fracturó toda la estructura institucional del Estado colombiano; además reacciones y protestas similares ya se habían dado en el 2006 cuando se estrenó el mecanismo, lo cual demuestra que no es un problema de quién sea el candidato- presidente sino de la propia funesta figura de la reelección.Tampoco sorprende pero si asombra que los críticos más vociferantes de las actuaciones del presidente-candidato sean quienes crearon el monstruo y lo utilizaron para su propio beneficio.Es patético ver ahora comiendo de su propio cocinado a los partidarios de ese expresidente que en un gran acto de corrupción compró en el Congreso los votos para poder ser reelegido, y que bloqueó las propuestas del partido Liberal y el Polo Democrático de hacer un verdadero estatuto de la oposición. En el 2006 se solazaban desde las mieles del poder, y ahora desde el asfalto de la oposición se quejan de lo mismo que ellos le hicieron a sus competidores.El partido Liberal fue un opositor acérrimo de la reelección, pero ahora ha decidido no tener candidato propio sino apoyar al presidente Santos. Es una decisión discutible pero que tiene fuertes argumentos a favor, como el talante liberal de las políticas sociales de este gobierno (aunque las políticas económicas sigan en mano de los conservadores), y la necesidad de unificar fuerzas frente al riesgo de que la extrema derecha vuelva al poder.Sin embargo el partido Liberal no debe entregar gratis su apoyo a la reelección. Además de continuar planteando propuestas liberales y socialdemócratas para que sean incorporados dentro del programa de gobierno, el partido debe ser consecuente con sus principios y exigir que el presidente se comprometa a presentar una Reforma Constitucional que acabe con la reelección presidencial, y de paso también con la del Procurador.Santos lo puede hacer más fácil que cualquier otro presidente que en su primer período siempre va a tener la tentación de quedarse otros cuatro años. Además hay que recordar que él mismo Santos lanzó en abril de este año la propuesta de acabar con la reelección y extender a 6 años el período presidencial, lo cual por supuesto no le aplicaría a su segundo mandato.Vale la pena apoyar por una vez la reelección si esa es la última y es el camino para acabar con la reelección y fortalecer la democracia.* * *ADENDA: Hablando de expresidentes, lo único nuevo que se ha sabido con las trasnochadas memorias de Pastrana es la revelación del expresidente Gaviria de que en los famosos narco-casetes del proceso 8.000 se afirmaba que en 1994 la campaña de Pastrana también recibió plata de los narcos y que la fiscalía no la investigó

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