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¡Se los dije!

Por fin han surtido efecto tantos ríos de tinta y de saliva gastados en el tema y esperemos que la ANI cumpla con lo que ha afirmado.

14 de febrero de 2017 Por: Mario Fernando Prado

Muchas son las veces que me he preguntado para qué diablos sirve una columna de opinión y claro como su nombre lo indica, la respuesta es obvia: para opinar. Empero, hay quienes sostienen que una columna sirve también para informar o para desinformar, para ir más allá de los hechos noticiosos o para influir ante la opinión pública, o para ganarse enemigos, o para entretener, o para levantar polvaredas, o para llenar espacios en blanco que nadie los va a leer o simplemente para que pasen desapercibidas.

Lo último creo nos ha sucedido a todos los que, y por generosidad de los medios, tenemos la oportunidad de escribir para que supuestamente nos lean, convencidos de que somos “líderes de opinión”, como nos suelen llamar quienes ignoramos si están diciendo una mentira o si se están burlando de nosotros.

Pues bien, toda esta carreta para comentarles que casi nunca son tenidos en cuenta estos renglones, y muchas menos veces por el alto gobierno, a quien poco le importa lo que un pinche columnista de provincia expresa semanalmente.

Y es que luego de algo más de diez meses escribiendo sobre el Ferrocarril del Pacífico, por fin la Agencia  Nacional  de Infraestructura,  ANI, salió a responder acerca de nuestras denuncias sobre el engaño y la trampa de la multinacional Trafigura, que dejó tirada la concesión del tren y se consiguió una empresa de papel para que hiciera el papelón de seguir manejando el negocio.

Al tema, el pajarraco le gastó  columnas y más columnas en El País y en El Espectador, amén de comentarios seguidos en los programas radiales ‘Oye Cali’ y ‘Artunduaga  por la mañana’, este último a nivel nacional.

Por fortuna y últimamente, de ello se ocupó la Unidad Investigativa de este periódico, así como el periódico Portafolio que hicieron que por fin, el director de la ANI concediera un extenso reportaje  el pasado domingo a El País y en el que confirmó y ratificó lo que venía denunciando Sirirí, prometiendo tomar las medidas del caso para sancionar a la multinacional y desconocer el traspaso que pretendió hacer a la empresa de papel, que hoy anda muy oronda transportando bulticos de cemento para tramposamente afirmar que ya está funcionando el tren de carga a Buenaventura.

Lo que se viene es que vuelve y juega el enredo del transporte por ferrocarril hacia y desde el Pacífico colombiano, cuya concesión habrá que barajarla de nuevo con la consiguiente demora. Ojalá que se haga pronto, porque, insisto, no podemos seguir en manos del transporte por carretera, un monopolio que impone sus condiciones de acuerdo a sus intereses sin que nada se puede hacer: O se lleva la carga en camiones o paralizan la operación. ¡Qué chantaje!

“Me tenés jarto con tu escribidera sobre el tren”, me dijo uno de los pocos lectores que me quedan  quejándose de mi ‘monotemismo’. Pues le debo decir que por fin han surtido efecto tantos ríos de tinta y de saliva gastados en el tema y esperemos que la ANI cumpla con lo que ha afirmado. De lo contrario, volveré a recabar sobre este asunto pues no hay derecho a que no tengamos un transporte por ferrocarril para atender al puerto que más billones le deja al Estado y que más necesita de opciones de movilidad para su competitividad.

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