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Una cloaca llamada Congreso

En el pobrísimo departamento de Sucre el apellido Guerra siempre ha estado...

28 de febrero de 2014 Por: María Elvira Bonilla

En el pobrísimo departamento de Sucre el apellido Guerra siempre ha estado asociado a poder, dinero y privilegios: son los que mandan hace varias décadas. Descendientes de libaneses son importantes ganaderos que hace una generación incursionaron en la política liberal como senadores. Una influencia que a juzgar por el abandono de Sincelejo, desde donde siempre han actuado y donde residen -y en general de Sucre que se pelea con el Chocó la triste condición de pobreza-, de poco les ha servido a sus obedientes electores. Y ello, a pesar de los dineros que recibe por regalías, gracias al paso del oleoducto y del puerto en Morrosquillo.Pero en este año electoral la presencia de la familia Guerra en la región es aún más contundente. Las fotos de tres de ellos están presentes en las calles de Sincelejo como candidatos al Senado: María del Rosario, exministra de Comunicaciones en el gobierno de Álvaro Uribe, ocupa el segundo reglón de la lista cerrada del Centro Democrático, con lo que tiene curul garantizada; Antonio, su hermano, es el hombre fuerte de Cambio Radical en la Costa, y el primo Julio Miguel, el delfín del actual cuestionado gobernador de Sucre, Julio Guerra, quien en estos dos años ha oficiado como el poder en la sombra de su papá; terminó avalado por Opción Ciudadana, el antiguo PIN del ‘Negro’ Martínez, pues a raíz del escándalo por la entrega del contrato de chance de Sucre al hijo de La Gata, el jefe del Partido Liberal Simón Gaviria reaccionó, negándole el aval. Sin embargo Julio Guerra jr. encontró su camino para evadir la descalificación y seguir en su pretensión política.En esta realidad electoral de Sucre, tan clientelista y poco democrática, es común el nepotismo como práctica, especialmente entre congresistas acusados o condenados por la parapolítica que no quieren perder su poder burocrático-electoral y transferírselo a esposas, hermanos e hijos. Para hablar solo de Bolívar, está el caso de Andrés Felipe García Zucardi, quien aspira a quedarse con la curul de su mamá Piedad Zucardi hoy detenida y a su vez heredera del escaño de su marido Juan José García, condenado por peculado; Luz Estela Cáceres quien aspira a heredar la curul de su papá Javier Cáceres condenado por concierto para delinquir y nexos con el Bloque Héroes Montes de María; Marta Curi aspira a la curul de su esposo William Montes hoy condenado que a su vez llegó con el apoyo de su suegro el destituido alcalde de Cartagena Nicolás Curi, y Nadia Blel para heredarle el puesto a su papá, Vicente, condenado por sus vínculos con Jorge 40. La Fundación Paz y Reconciliación advierte que hay 160 candidatos en el país con nexos con grupos ilegales.A esta horizonte de nepotismo, abuso e ilegalidad se suma la mermelada de nombramientos y contratos, ventaja con la que cuentan los candidatos de la coalición Santista y que ha permitido, que contra la ley y las normas que expiden los propios congresistas, el valor de una campaña para el Senado pueda alcanzar la absurda y escalofriante cifra de 7000 millones de pesos, que permite imaginar las maromas y trapisondas que harán luego para “librar semejante inversión”. El panorama no puede ser más oscuro y desmoralizante, ¡Pero qué carajo! Toca abrir los ojos, estar atento y a votar.