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Rompiendo el tabú

Cincuenta líderes del mundo, muchos de los cuales han estado comprometidos personalmente...

7 de diciembre de 2012 Por: María Elvira Bonilla

Cincuenta líderes del mundo, muchos de los cuales han estado comprometidos personalmente como gobernantes en la lucha frontal contra la producción de drogas, han hecho un reconocimiento público del fracaso de la criminalización como único camino. El resultado, después de 50 años, es deplorable: el uso de los estupefacientes ha aumentado y su suministro es más barato, más puro y más accesible que nunca. Las Naciones Unidas estiman que hay 250 millones de consumidores de drogas en el mundo. Las drogas ilícitas constituyen la tercera industria más rentable del mundo, después de la industria alimenticia y el petróleo, con un valor estimado de más de $350 billones anuales, un negocio controlado completamente por la delincuencia de todas las calañas. Colombia es de los países que más hectáreas de coca ha fumigado, y de manera indiscriminada, con lo cual la destrucción de los cultivos de pan coger en cientos de pequeñas parcelas campesinas ha sido mayúscula. Entre los firmantes del SOS público para buscar alternativas distintas están dos de los últimos gobernantes del país: César Gaviria y Juan Manuel Santos, presidente en ejercicio. Gaviria siguió al pie de la letra el libreto de la línea dura de Estados Unidos y Santos no se ha quedado atrás. Sin embargo, en lo profundo de sus conciencias saben que por ahí no es la cosa. Forman parte del grupo de expresidentes como Fernando H. Cardoso, Jimmy Carter, Lech Walesa, Vicente Fox, el exsecretario de Estado George Schultz y creadores como Vargas Llosa, Bertolucci, Sting, Yoko Ono que han suscrito una declaración pública en la que llaman a cambiar la fórmula para enfrentar el problema. Algunos hablan incluso de la legalización para romper el espiral del negocio, pero todos reconocen que se trata de un combate global que no puede seguir cayendo sobre los pobres países tercermundistas, como Colombia, así sean estos los grandes productores. Esto dicen en el impactante documento, que más que un mea culpa es un llamado a actuar: “La guerra global contra las drogas ha fracasado y ha tenido numerosas consecuencias involuntarias y devastadoras a nivel mundial. Hay millones de personas en prisión a nivel mundial por delitos relacionados con estupefacientes, por lo general consumidores y traficantes menores. La corrupción entre los políticos y aquellos encargados de velar por el cumplimiento de la ley, especialmente en los países productores y de tránsito, se ha extendido como nunca, poniendo en peligro la democracia y la sociedad civil(...) las políticas de prohibición crean más daños de los que previenen. Necesitamos considerar seriamente un desplazamiento de recursos, alejándolos de la criminalización de decenas de millones de personas que son, en principio, ciudadanos respetuosos de las leyes y dirigiéndolos hacia un enfoque basado en la salud, la reducción de daños, la rentabilidad y el respeto por los derechos humanos. Ya que no podemos erradicar la producción, demanda o uso de drogas, debemos encontrar nuevas maneras de minimizar los daños. Es imperativo estudiar nuevas políticas basadas en evidencia científica. Rompamos con el tabú del debate y la reforma. Este es el camino. Es el momento de actuar”. Ojalá.