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Marchas y manifestaciones, expresiones del poder popular, aquel del “pueblo unido...

10 de abril de 2013 Por: Marcos Peckel

Marchas y manifestaciones, expresiones del poder popular, aquel del “pueblo unido jamás será vencido” donde la gente abandona su individualidad para ser parte integral de un todo, grande y poderoso, con la calle como elemento potenciador. Una de las marchas más emblemáticas en la historia tuvo lugar en 1930 en la India, cuando un abogado, de nombre Mohandas Karamchand Gandhi, lideró a centenares de seguidores a través del estado de Gujarat, a recoger sal en el mar, en desafiante contravención de las leyes británicas, por lo que Gandhi junto con otros 60 mil simpatizantes fueron encarcelados en un episodio conocido como la ‘Marcha de la sal’, que se convirtió en el más poderoso imaginario de la lucha pacífica por la independencia.En 1963, algo menos de medio millón de personas provenientes de los confines de Estados Unidos se congregaron en el Washington Mall tras marchar por las calles de la capital, para oír el famoso discursos del líder afroamericano Martin Luther King “Yo tengo un sueño”, con lo que el movimiento por los derechos civiles adquirió un imparable impulso hacia la emancipación de la comunidad afroamericana. La reforma cristiana tuvo como su simbólico inicio una pacífica marcha en 1517 en Wittemberg, Alemania, cuyo objetivo era fijar en la puerta de una iglesia un manifiesto que ‘protestaba’ contra los abusos de la Iglesia Católica, firmado por el monje y teólogo Martin Lutero, padre del protestantismo que originó el cisma de la cristiandad. En 1989 decenas de miles de marchantes, principalmente estudiantes ocuparon la plaza de Tiananmen en Pekín para protestar contra el sistema comunista y la destitución del líder liberal Hu Yaobang. Después de siete semanas el régimen envió los tanques del ejército rojo a desalojar la plaza con un saldo indeterminado de muertos y miles de encarcelados. Esta marcha dejó un legado en la lucha por las libertades en China que ha llevado al Partido Comunista a relajar las leyes restrictivas, a pesar de mantenerse en el poder como partido único. Las manifestaciones y marchas siguen prohibidas en China, salvo las organizadas por el Partido Comunista. Desde hace poco más de un siglo que la calle se ha convertido en un poderoso escenario de luchas políticas y demostraciones de fuerza, a favor o en contra de diferentes causas. En ocasiones marchas pacíficas, en otras violentas. Un escenario que otorga la democracia, pero al que los gobiernos en muchos casos le temen. No es casualidad que en las dictaduras o estados de excepción lo primero que se prohíbe son las concentraciones, pues la gente unida en la calle por una causa común siente un inatajable sentido de empoderamiento.Fueron las multitudinarias marchas en Túnez y en El Cairo que dieron al traste con las longevas dictaduras de Ben Ali y Mubarak. Las marchas ‘naranjas’ otorgaron la libertad a Ucrania. Las violentas manifestaciones contra las caricaturas de Mahoma en un periódico danés en 2010 incendiaron las calles del mundo islámico, que sintió su honor mancillado por Occidente. Las calles de Europa se llenan hoy de los nuevos ‘miserables’ que está arrojando la interminable crisis europea. Incluso en la era de las redes sociales, las marchas y concentraciones en la calle constituyen un poderoso mensaje que no pude ser ignorado. Aún no sabemos qué efecto tendrán las multitudinarias marchas de ayer en Colombia en apoyo a la paz y a las víctimas del conflicto. Sin embargo el mensaje se oyó a lo largo y ancho de la geografía nacional. Mucho más que un trino.