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No nos creen

Ya el libreto de mantener las posiciones convenidas que alimentan la polarización debería estar llegando a su fin porque las audiencias no son tontas y las fake news nos están quitando campo de acción

17 de febrero de 2020 Por: Mabel Lara

No pretendo posar de adalid de la moral, característica que detesto de nuestro gremio y que es ejercido por quienes creen que siempre están haciendo la labor mejor que los demás, y que son poseedores de la verdad revelada.

Como toda actividad humana el periodismo está viviendo un angustioso trance porque la gente ya no nos cree. Y no lo digo yo, lo dicen importantes consultoras internacionales quienes en la última década se pusieron en la tarea de indagar sobre nuestro rol en la sociedad y evidenciaron que estamos en un proceso de reconversión.

La firma global Edelman que presenta desde el año 2001 el Trust Barometer, que como su nombre lo indica es la medición del índice de confiabilidad informó que en el 2018 los medios de comunicación fuimos la institución menos fiable a nivel global y nos convertimos en fuente de desconfianza en al menos 22 de los 28 países encuestados.

La consultora presentó tres motivos que sirven en la actualidad para entender qué pasó con este oficio y responder a la pregunta de ¿Está el modelo económico de los medios de comunicación en crisis? O ¿Está el periodismo en crisis?

Para Edelman los tres motivos por los que la reputación mediática se afectó está relacionada con los siguientes factores: 1) Nos quedamos concentrados en atraer grandes audiencias; 2) Sacrificamos la rigurosidad periodística para conseguirlo; y 3) Politizamos la tertulia, es decir la migración del espectáculo de la política a la tertulia polarizada nos arropó y tomamos partido. Los medios preferimos apoyar una ideología concreta en lugar de informar al público.

Acosados ante la llegada de las redes sociales, los otrora ‘conocedores de la verdad’ nos sentimos desnudos, impotentes ante la confrontación, el cambio del lenguaje e incluso el desencanto de las audiencias con los medios.

Hoy muchos de los ciudadanos prefieren no ver los noticiarios para no seguir el juego del porno-periodismo, o incluso como recientemente mencionó el papa Francisco para un medio de comunicación español, “por la obsesión que tenemos por la coprofilia, la fascinación de los periodistas por la mierda”.

La financiación es otro de nuestros fantasmas, y desde la crisis económica mundial en el 2008 cuando los empresarios y banqueros empezaron a comprar los periódicos y cadenas de televisión en el mundo, las agendas empezaron a virar hacia los intereses particulares y se nos señaló entonces de vendidos, mentirosos, porque no fuimos claros, transparentes y la gente se mamó.

El desafío hoy que tenemos los periodistas es enorme y lo digo a manera de mea culpa. Ya el libreto de mantener las posiciones convenidas que alimentan la polarización debería estar llegando a su fin porque las audiencias no son tontas y las fake news nos están quitando campo de acción, esas sí mentiras hechas a la medida de intereses políticos que hoy por hoy están ganando el partido, mientras desde la tribuna nosotros seguimos enfocados en el escándalo del gallinero.

Sigue en Twitter @MabelLaraNews