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El lobo

¿Cuántas ligas más tendrán similares denuncias? ¿Cuántos lobos tendremos escondidos decidiendo sobre nuestras y nuestros adolescentes?

28 de febrero de 2021 Por: Vicky Perea García

“Cuando yo tenía 14 años era deportista activa de la liga vallecaucana de boxeo y el presidente de la Federación de Boxeo, el señor Jaime Cuéllar, me acosaba sexualmente. Quería que yo tuviera relaciones sexuales con él y me citaba constantemente a Indervalle a su oficina”.

Así empieza uno de los testimonios contra el ahora expresidente de la liga vallecaucana de Boxeo, el señor Jaime Cuéllar, quien por más de una década estuvo al mando de la dirección de las atletas en el Valle.
Otro de los testimonios de las boxeadoras me relató cómo en 2011 en una de las visitas deportivas, en Restrepo, Valle, Cuéllar “me pedía que tuviera relaciones sexuales con él a cambio de mi dotación”.

Dice la denunciante, quien interpuso en el 2018 queja ante la Fiscalía apoyada por sus otras compañeras menores de edad, que Cuéllar le pidió que fuera al lugar que se estaba hospedando –“cuando yo voy viendo que le va echando pasador a la puerta y me va insinuando que tuviera relaciones sexuales con él a cambio de mi uniforme… y en ese tiempo yo tenía 17 años y no me imaginaba que él iba a ser así... tan morboso, tan cerdo, tan sucio”.-

Lo del Cuellar no es nuevo. Por más de 10 años se convirtió en determinador del futuro de las deportistas y ponía y quitaba de acuerdo a sus intereses.

El episodio se ha ventilado durante toda la semana en los medios locales y nacionales y se convierte en una vergüenza para un departamento que históricamente se ha preciado de entregarle recursos a las ligas y de fiscalizar la situación de los atletas.

Particularmente me genera furia e indignación que muchas de nuestras mejores boxeadoras hayan tenido que salir del Valle a buscar futuro en otras regiones porque aquí en la tierra del deporte nadie les creyó o les paró bolas.

Lo peor, como si no fuera suficiente todo lo que se ha conocido, es que estas jóvenes son de barrios deprimidos, vulnerables, donde el boxeo se ha convertido en la válvula de escape de la pobreza y de su propia realidad. ¿Cuántas boxeadoras talentosas hemos perdido por culpa de este predador sexual? ¿Cuántas de nuestras niñas accedieron a sus peticiones por llevar plata a la casa con el sueño de ayudar a los suyos y salir adelante?

Cuéllar renunció en los últimos días por el escándalo en los medios de comunicación y por la valiente decisión de los entrenadores, que pese a las represalias y a estar amenazados, acompañaron a sus deportistas y se convirtieron en el escudo defensor del lobo disfrazado en piel de oveja.

“Usted sabe que usted a mí me gusta y estamos ahí... Yo tengo un condón y de aquí a ocho días si vienes yo te sigo dando para el pasaje”, se oye decir al cobarde directivo que vía recursos de transporte y entrega de uniformes les quitó la esperanza a decenas de nuestras jovencitas. Ocho de ellas se llenaron valientemente de fortaleza y lo denunciaron, pero ni siquiera la fiscalía había tomado alguna decisión.

Mientras tanto Cuellar mandaba a diestra y siniestra y todos callados o haciéndose los locos. ¿Cuántas más habrán caído? ¿Cuántas ligas más tendrán similares denuncias? ¿Cuántos lobos tendremos escondidos decidiendo sobre nuestras y nuestros adolescentes?

Sigue en Twitter @MabelLaraNews