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No todo es pétreo

Ese escenario ha cambiado a pesar de los que mantienen el mensaje catastrófico, la radicalización y el temor.

19 de septiembre de 2021 Por: Vicky Perea García

Luego de meses en los cuales la violencia se mezcló con la necesidad de algunos medios de ser protagonistas de las noticias, empezó en firme la campaña presidencial. Y aparecieron los candidatos que muestran una cara distinta, más seria y menos aterradora que aquella que pintan aún las encuestas y quienes viven de ellas para sus primeras planas.

Hasta hace dos meses, Colombia vivía la tragedia causada por la súbita parálisis y la violencia desatada contra toda la sociedad. Fueron meses en los cuales prosperó el sombrío destino que nos esperaba con el crecimiento de la candidatura de Gustavo Petro, el desdibujamiento permanente de las demás opciones y la confusión que alimentaban quienes ordenaban encuestas donde cabía cualquiera que levantara la mano para aspirar a ser presidente.

De telón de fondo estaban, y siguen estando, la violencia feroz del narcotráfico y un Estado cada vez más ausente de las necesidades del ciudadano y más prisionero del clientelismo, la corrupción y la incapacidad para entender que cambiamos o nos cambian, como dijo un presidente del senado en las épocas en las cuales le entregaron el Caguán a las Farc. A ello se sumaron los errores y las vanidades que llevaron a tomar decisiones tan absurdas como presentar una reforma tributaria que produjo la reacción del 75% de los colombianos contra semejante engendro.

Pero todo pasa, y aunque el desastre no ha sido superado aún, nos encontramos hoy con un país pujante que se recupera aprovechando las decisiones sensatas que toman el gobierno y las autoridades monetarias, así entre ellas hayan metido al autor de la reforma que casi acaba con el país. Un empresariado vigoroso, un afán por encontrar sus propias salidas y un deseo de dejar atrás esa tragedia son ahora la noticia, a pesar del interés por mantenernos en el inframundo de una política en la cual la mezcla de fatalismo y corrupción sigue siendo la nota predominante.

Y empezaron a concretarse figuras distintas que cambian el panorama. Son personas que desde muchos ángulos le están diciendo a la gente que hay vida más allá de los Petros y de quienes desde los partidos y los medios de comunicación pretenden mantener el miedo como la razón de ser de Colombia. Miedo al cambio, miedo a la continuidad, miedo a la capacidad de movilizar la violencia como instrumento para triunfar en unas elecciones.

Pues ese escenario ha cambiado a pesar de los que mantienen el mensaje catastrófico, la radicalización y el temor. Ahora hay personas como Juan Carlos Echeverry, Federico Gutiérrez o el mismo Óscar Iván Zuluaga, y como Alejandro Gaviria, para citar algunos. Hay visión de futuro, más allá del tenebroso destino que nos espera si triunfa el candidato del odio que en Cali nos mostró sus garras con la anarquía que se inició aquí el primero de enero del 2020, arreció desde el pasado 28 de abril y aún no termina de destruir nuestra ciudad.

Tenemos pues un escenario distinto. Aunque las elecciones de Congreso ratificarán la hegemonía de la plutocracia y del clientelismo voraz, para las presidenciales hay otro ambiente. Ojalá, los medios de comunicación les permitan a esos aspirantes mostrarse como debe ser, para evitar que el miedo y la amenaza sigan siendo los argumentos de la política.

Es la manera de sacar a Colombia de esa política que gira alrededor de Petro y su capacidad de amenazar, para mostrar que sí hay dirigentes capaces de devolvernos la esperanza.

Sigue en Twitter @LuguireG