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El roto de Emcali

Entre tanto, Ospina sigue dividiendo la sociedad y envolviéndose en el populismo para desviar la atención sobre los escándalos que afectan el patrimonio público de la ciudad.

18 de julio de 2021 Por: Vicky Perea García

Mientras Cali se apresta a otra jornada en la cual se amenaza con bloqueos donde el Alcalde interviene con sus diálogos y concesiones, la Administración Municipal sigue siendo generadora de escándalos en el manejo de su patrimonio público. Y las entidades de control no parecen existir cuando de proteger el interés común se trata.

El último de esos escándalos cubre a Emcali. Una obra de filigrana construida hace un año y ya está en pleno desarrollo para manejar la contratación de $188.000 millones dirigidos a reconstruir la malla vial, lo que debería ejecutarse a través del Gobierno Municipal y aplicando los criterios de contratación que ordena la ley.

¿Cómo lo hicieron? Primero prendieron la aplanadora que tienen en el Concejo y aprobaron la ampliación del objeto social de la Empresa que ya es incapaz de prestar los servicios de agua, alcantarillado, energía y comunicaciones. Esa Emcali que es presa de innumerables sindicatos, tiene a su haber la quiebra de comunicaciones y es responsable de centenares de hundimientos en las calles de la ciudad por falta de mantenimiento y desidia.

Pues a esa Emcali le entregaron la contratación de las obras viales de la ciudad, lo cual significa evadir las normas de contratación que rigen al municipio para lo cual existe la Secretaría de Infraestructura y genera responsabilidades directas para el alcalde Ospina y su secretario.
$188.000 millones que salen del presupuesto municipal, que le quitan la razón de ser a esa dependencia y pasan a engrosar los contratos que evaden el control a la Administración Municipal.

Como lo ha denunciado la concejal Diana Rojas, son $188.000 millones que pasarán a manos del gerente de Emcali, el amigo del hermanísimo Mauricio Ospina y de Juan Carlos Abadía, que ya los está ejecutando sin licitaciones. En este caso ya no es la Imprenta Departamental que contrata el mantenimiento de las cámaras de seguridad de Cali por pinches $7.000 millones: ahora es la empresa de energía, acueducto y alcantarillado y comunicaciones que contrata el rubro más jugoso del presupuesto municipal ejecutado con los impuestos que pagan los caleños.

Y el alcalde Ospina se lava las manos y evade su responsabilidad. Y no responde por desmembrar y alterar de manera grotesca la administración municipal, usando la trinca que maneja el Concejo, donde solo dos de los veintidós concejales se oponen a las maturrangas. Y los entes de control, o la Justicia, mudos ante los reclamos por lo que está sucediendo. ¿Órganos de control o de protección al clientelismo?

Entre tanto, Ospina sigue dividiendo la sociedad y envolviéndose en el populismo para desviar la atención sobre los escándalos que afectan el patrimonio público de la ciudad. Populismo que consigue con la publicidad pagada con dineros públicos que lo declaren el modelo de los alcaldes de Colombia, como si no existiera la crisis de una ciudad que vive en el desgobierno y la corrupción.

Para contratar $188.000 millones sin licitación se inventaron el roto de hacerlo a través de Emcali. ¿Qué opina el doctor Octavio Quintero, a quien conocemos por su rectitud, quien es miembro de la junta directiva de la Cámara de Comercio, ha sido presidente de Fenalco y continúa como presidente de la regional del Valle y ahora es miembro de la junta directiva de esa Emcali que convirtieron en la caja menor del alcalde Ospina y del clientelismo?

Sigue en Twitter @LuguireG