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De pájaros y escopetas

Es la tormenta perfecta. Ahora, los defensores de la libertad son Petro, Cepeda, Roys, Benedetti, Margarita y compañía.

18 de abril de 2021 Por: Vicky Perea García

El 3 de mayo de 2013 me correspondió presenciar la intervención de dos personajes famosos por sus diatribas contra la prensa libre pero invitados permanentes de los medios de comunicación, reclamando el silencio para apoyar el proceso con las Farc que adelantaba el entonces presidente Santos. Era su forma de interpretar la libertad como la manera de ser obsecuentes con los dictados del régimen y de sus misteriosas ideologías.

Los dos personajes son el senador Iván Cepeda, aquel del ceño fruncido y la mirada torva que truena contra cualquiera que ose contar la verdad de los crímenes cometidos por los grupos armados de sus afectos, llámense Eln, Farc, Segunda Marquetalia o lo que sea. Y don Roys Barreras, protagonista de escándalos clientelistas frecuentes, expulsado del partido de la U del expresidente Santos y con una cola de saurio que le permite hasta ser candidato a la presidencia para evadir su responsabilidad.

Pues esos personajes exigían el establecimiento en Colombia de la ley resorte con la cual el chavismo destruyó la prensa libre en Venezuela y la ley mordaza con la que Rafael Correa persiguió a los medios libres y a los periodistas que preguntaban por sus escándalos en el Ecuador. En nuestro caso, ellos como legisladores presentaron un proyecto similar, y nos echaron un discurso para que quienes estábamos en esa reunión respaldáramos su intento de silenciarnos frente a la negociación con las Farc, avalados por el gobierno de entonces.

Ahora, esos exponentes del totalitarismo el uno y la inmoralidad el otro, se unen para dizque defender la libertad amenazada en Ecuador por la derrota del amanuense de Correa. Y aclaman a Petro, la joya de la intolerancia, y el glamour de las pataletas de Margarita Rosa de Francisco para alertar sobre la posibilidad de que los colombianos sigan a los ecuatorianos y rechacen el populismo totalitario vestido de inocentes, encarnado por los Maduro, los Correa y los Petro.

No sé a qué horas estos exponentes de la tiranía y de la corrupción se tomaron las banderas de la democracia para exigir la unión alrededor de Petro, sin decir una sola palabra por su trayectoria de mal gobernante. Son los que acusan a los partidos como el Verde y a personajes como Sergio Fajardo, Claudia López, Humberto de La Calle o Jorge Enrique Robledo de culpables de la posible derrota de su jefe Petro y su aliada y reina, la niña Mencha.

Es fácil encontrar las causas. Durante años, el establecimiento político ha venido cayendo en la sima de la corrupción, el clientelismo y la distancia con los colombianos, quienes destruyeron los partidos e impusieron la política individualista que se reparte el poder y se hace ciega frente a amenazas como el narcotráfico, la violencia y el clientelismo que deslegitiman el Estado de Derecho. Por ello, los colombianos los rechazan y el Estado se queda solo.

Es la tormenta perfecta. Ahora, los defensores de la libertad son Petro, Cepeda, Roys, Benedetti, Margarita y compañía. Son el nuevo establecimiento que aprovecha la necesidad de escándalo de los medios para alertar sobre la amenaza que significaría si aquí pierde Petro como en Ecuador le ganaron al delfín de Correa. ¡Vivir para ver!

Es el mundo al revés. Pero no es extraño: cuando la información se manipula y los dirigentes políticos se agarran en peleas sin sentido, los pájaros empiezan a tirarle a las escopetas. Y ganan.

Sigue en Twitter @LuguireG