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Gracias por la esperanza

La región, después de los últimos cuatro años, ha fortalecido su esperanza. Y eso no es gratuito.

29 de diciembre de 2019 Por: Luis Felipe Gómez Restrepo

La región, después de los últimos cuatro años, ha fortalecido su esperanza. Y eso no es gratuito. Fortalecer la esperanza es un trabajo arduo, sistemático y serio. Los mandatos de Maurice Armitage y Dilian Francisca Toro, en la alcaldía de Cali y la gobernación del Valle respectivamente, han logrado renovar nuestra esperanza en que sí se puede mejorar el estado de cosas en nuestra tierra. Que las malas noticias no son la última palabra, sino que es posible su transformación en buena noticia.

Maurice nos mostró hasta el cansancio que la educación es lo más importante para la ciudad, para dar oportunidades para todos, para reducir las brechas sociales, para asegurar la competitividad de Cali; también nos demostró que dar confianza a todos los ciudadanos es una manera de acercarlos a todos. Y no se ahorró ningún momento para recordarle a sus compañeros empresarios que la responsabilidad social empresarial es una obligación social. Maurice nos dio miles de lecciones de reconciliación que buscaban rehacer el tejido social en los barrios más difíciles de la ciudad. Él fue un práctico de la esperanza, y como dice Martha Nussbaum, la esperanza es el mayor antídoto contra el miedo.

Dilian, a su turno, supo focalizar sus estrategias en el plan de desarrollo. Y logró con las regalías darle un impulso serio también a la educación superior por medio de becas para funcionarios públicos y maestros, para líderes sociales, se la jugó seriamente como presidenta del Consejo Superior de Univalle. Pero donde nos dio una lección de esperanza fue con el proceso de transformación del Hospital Universitario del Valle (HUV): allí demostró que donde hay fe, amor e inteligencia, se logra cambiar, radical y definitivamente, una realidad para bien de la comunidad. Mientras que algunos han hecho negocio con la salud, o peor aún la han tomado como botín de corrupción, otros hacen posible que llegue a los pobres. Como lo señala igualmente Martha Nussbaum: “la esperanza está estrechamente interconectada con otras dos actitudes emocionales: la fe y el amor”, así Dilian Francisca dio muestras y sacó adelante la salvación del HUV.

La esperanza permite que una democracia opere correctamente, y no sea presa del miedo, pues cuando éste la atrapa, la democracia se enconcha en sí misma y toma pésimas decisiones. Por el contrario, la esperanza es el sentimiento más potente para una democracia, pues le da dinámica para su despliegue positivo. Gracias, Dilian Francisca y Maurice, por su dedicación al servicio público y por el buen trabajo hecho.

A su vez, los nuevos mandatarios, Clara Luz Roldán y Jorge Iván Ospina, en la Gobernación y la Alcaldía de la capital, tienen retos inmensos, pero también han hecho juiciosos procesos de empalme que, más allá de las cuestiones de trámite, también esperamos que les haya permeado el espíritu de sus antecesores, y puedan seguir sembrando la esperanza gracias a una práctica de la búsqueda del bien común.

Como bien lo afirma Marha Nussbaum en su libro ‘La monarquía del miedo’, que hemos citado, el servicio público no se trata solamente de un trabajo por la justicia, sino de una cuestión de amor.

* rector Universidad Javeriana Cali

Sigue en Twitter @RectorJaveCali

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