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Woody Allen adora París

Cannes- Relajado, rejuvenecido y más divertido que nunca el cineasta norteamericano...

13 de mayo de 2011 Por: Liliane de Levy

Cannes- Relajado, rejuvenecido y más divertido que nunca el cineasta norteamericano Woody Allen (75 años de edad ) llegó a Cannes el miércoles a presentar -fuera de competencia- su última película ‘Midnight in Paris’, escogida para abrir el prestigioso Festival Internacional de Cine que este año llega a su 64 edición. ¿Qué pasó con el neurótico Woody Allen? ¿Por qué de repente tan contento? Él mismo nos explica: está enamorado; y no de otra mujer, sino de París, la capital de Francia y eterna Ciudad Luz en la cual logró pasar varios meses debido a la filmación de su película. Un amor que está a la base del tema tratado y se vuelve en gran parte biográfico.La verdad es que desde hace tiempo Woody Allen se dedica a hablar de ciudades que le interesan: Nueva York, donde reside (a diferencia de la mayoría de los cineastas norteamericanos que viven en Hollywood y que él detesta); Londres, que le resulta importante, pero demasiado cínica; Barcelona que irradia pasión; ahora París que encuentra mágica y romántica y en la cual le hubiera gustado vivir y, al parecer, tiene para muy pronto el proyecto de filmar en Roma con el italiano Roberto BenigniEn la rueda de prensa que sostuvo después de la proyección a los periodistas, Woody Allen advirtió que presenta su propia visión de París y puede resultar muy diferente a otras. Su película abre a manera de tarjetas postales de una belleza impresionante, para luego sumergirse en una historia llena de nostalgia que nos retrocede en el tiempo hasta la época de los años 20 que aglutinó en la capital francesa a un sinnúmero de los más extraordinarios artistas: pintores, literatos, cineastas... Y, a la vez, nos pasea por los legendarios barrios y establecimientos parisinos más conocidos.La historia de la película es un cuento de hadas. Allí, Gil viaja con su novia Inez, invitado por los ricos padres de ella, a pasar unos días en París que él conoció como joven estudiante. La ciudad lo deslumbra -en especial cuando llueve- y le recuerda cuánto había aspirado vivir allí para mejor desarrollar su ambición de convertirse en escritor, para finalmente regresar a su California natal a dedicarse a la más lucrativa profesión de guionista de películas de Hollywood. Y lo lamenta. Entonces en su nueva oportunidad de visitar París, Gil deambula por sus calles, puentes y avenidas y se pone a soñar. Cada media noche -así como la Cenicienta- una carroza (un carro de los años 20) lo recoge y lo pasea por la turbulenta vida nocturna parisina junto a personalidades que admira como Scott y Zelda Fitzgerald, Gertrude Stein, Ernest Hemingway, Salvador Dalí, Luis Buñuel (a quien propone un guión que más tarde inspirará el legendario ‘Ángel Exterminador’) Cole Porter, Man Ray, Toulouse Lautrec y tantos otros. Y también lo une sentimentalmente a la bellísima Adriana, musa de Modigliani, Braque y Picasso... Un sueño que no se disipa del todo al despertar por la mañana y lo lleva a tomar decisiones que cambiarán el rumbo de su vida... La película, según Woody Allen, es aleccionadora y optimista porque llega a la conclusión de que no hay que hacerse ilusiones y es mejor asumir y enfrentar la realidad.Todo eso contado con humor y sutileza en escenarios glamourosos e interpretado por un sinnúmero de famosos actores, todos muy contentos de trabajar con Woody Allen... Entre ellos la primera dama de Francia, Carla Bruni Sarkozy, quien sale bien librada en el pequeño papel que le correspondió.