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Se impuso el talento

Sé que en el mundo abundan los racistas y tenemos...

27 de febrero de 2015 Por: Liliane de Levy

Sé que en el mundo abundan los racistas y tenemos que vivir con ellos y cuidarnos de sus venenos. Pero tampoco podemos exagerar y llegar al punto de todo mirarlo a través de lentes deformantes capaces de distorsionar nuestro pensamiento. Lo digo a raíz de una absurda polémica que surgió antes de la ceremonia de la última entrega del Óscar que atribuía la poca presencia de artistas y realizadores negros galardonados a una manipulación racista de los jurados. A sabiendas que en el arte las cosas se dan según las tendencias y las circunstancias del momento y este año, quizás no favorecieron a los concursantes negros como sucedió -por ejemplo- el año pasado. Creo sinceramente que los Óscares de este año recayeron en las manos merecidas, muy ceñidos al talento y a la libertad que lo alimenta, con un resultado difícilmente discutible. Es más, creo que este año la academia calificadora se desprendió de la presión comercial que siempre influyó en sus decisiones y se atrevió a premiar trabajos originales e innovadores, sin gran preocupación por su potencial taquillero. Un progreso que cabe aplaudir. Al premiar ‘Birdman’ de manera abrumadora lo confirmó. La película -nada fácil- triunfó en todo: la forma (cinematografía), el fondo (guión original), dirección y coronó como mejor película del año. Y -¡ojo!- nadie cuestionó el entusiasmo del jurado a su favor pese a que su realizador, Alejandro González Iñárritu, es mexicano. De modo que toca también descartar la xenofobia. Luego se sucedieron los premios de manera igualmente lógica y equitativa. El joven Eddie Redmayne se llevó el Óscar para mejor actuación por su interpretación de Stephen Hawkings en la (aceptable) película ‘La teoría del todo’. Se lo merecía por su capacidad de transformarse físicamente y entrar de lleno en el cuerpo y alma de su complicado papel. La fantástica ‘El Gran Hotel de Budapest’ se desarrolla en un mundo de cartulinas o tiras cómicas muy característico de su director Wes Anderson y se distinguió en las modalidades que le correspondían: música, decoración, vestuario. ¿Y quién más que Julianne Moore podía ganar el Óscar a la mejor actuación femenina de este año? Su versión de una profesora enferma de Alzheimer resultó impecable. Cabe destacar que Julianne Moore es la actriz triunfante del momento ya que en el mes de mayo pasado también ganó la prestigiosa ‘Palme D’Or’ en el Festival de Cannes con un papel difícil y sórdido en ‘Maps to the stars’, la última película del canadiense David Cronenberg. ‘Whiplash’: es otra película complicada y exigente que fue recompensada a su justo valor. Recibió tres Óscares que incluyen mejor actuación masculina para un papel secundario que recayó en el extraordinario J.K. Simmons cuyo nombre -después de una larga carrera en el anonimato- quedará grabado en nuestra memoria por su interpretación de un profesor de música intransigente, abusador y sádico. La película ‘Selma’ sobre la célebre marcha cívica de Martin Luther King fue premiada por la canción ‘Glory’ y ‘Boyhood’ la saga cinematográfica filmada a los largo de 12 años recibió el Óscar del mejor papel secundario femenino a Patricia Arquette. Me pareció justo y suficiente aunque hay quienes consideran que ‘Selma’ merecía más porque se refiere a un momento histórico valioso y ‘Boyhood’ acumuló trofeos y aplausos en Bafta, Sundance, Golden Globes, Berlín, etc... Pero el jurado del Óscar se mostró menos indulgente... y lo apruebo.Finalmente, resulta importante notar que la película ‘Francotirador’ de Clint Eastwood no calificó para casi nada. Sin embargo es la más taquillera de todas las galardonadas. Prueba adicional que en la entrega del Óscar de este año el talento se impuso sobre el afán de hacer dinero. Y los cinéfilos salimos ganando.