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Cannes se lució, pero...

El ‘dream team’ de realizadores que conformó el 72 Festival de Cine en Cannes colmó las expectativas que despertó para convertirse en un evento de una calidad excepcional en el que casi todas las películas...

30 de mayo de 2019 Por: Liliane de Levy

El ‘dream team’ de realizadores que conformó el 72 Festival de Cine en Cannes colmó las expectativas que despertó para convertirse en un evento de una calidad excepcional en el que casi todas las películas concursantes calificaban para la recompensa suprema de la Palma de Oro. Aunque después de aplaudir y alabar, los ‘críticos’ (como para hacer honor a su profesión) expresaron críticas sobre los premios otorgados por el jurado presidido por el mexicano Alejandro González Iñárritu y que vale la pena conocer. Veamos:

- La Palma de Oro para la película surcoreana ‘Parasite’ de Bong Joon-ho fue celebrada, por unanimidad. Todo el mundo estuvo de acuerdo para premiar esta historia de dos familias, una pobre y la otra rica en que la pobre se infiltra en la rica y termina controlándola. La película comienza como comedia -muy divertida por cierto-para luego sucumbir en un relato violento, trágico y lleno de horror, al parecer revelador de la sociedad surcoreana.

- Le Grand Prix fue entregado a ‘Atlantique’ de la realizadora franco-senegalesa Mati Diop, recién llegada al mundo del cine. Una fábula amorosa en un mundo marcado por la condición de refugiados. A los ojos de los críticos fue un premio demasiado ‘políticamente correcto’. El jurado se defiende explicando que la película fue escogida por su misterio, poesía y humildad.

- Premio al mejor director: sin discusión atribuido a los hermanos Dardenne, dos realizadores belgas que siempre llegan a Cannes a llevarse premios (entre otras dos Palmas de Oro). Esta vez ganaron por ‘El joven Ahmed’ con la historia de un muchacho musulmán de 13 años de edad radicalizado por su ‘imán’ al punto de querer matar. La película se mete en el corazón del fanatismo del ‘jihad’, con una lucidez trágica.

- Premio a la mejor interpretación femenina: no gustó a nadie que le fuera entregado a la inglesa Emily Beecham por su papel de una científica víctima de su invento en la desconcertante película ‘Little Joe’.

- Premio a la mejor interpretación masculina: allí, todo el mundo apoyó con entusiasmo la extraordinaria actuación de Antonio Banderas en la película española ‘Dolor y gloria’ de Pedro Almodóvar. Al recibir el premio el actor lo dedicó a su director, llamándolo su maestro y “mentor”. Un gran momento.

- Premio del Jurado: quedó compartido entre la formidable ‘Les miserables’ del joven Ladj Ly sobre la triste realidad de la vida de los niños en muchos suburbios de Francia y la película brasileña ‘Bacurau’ sobre la violenta infiltración fascista en su país. Una macabra alusión a la llegada de Bolsonaro al poder.

- Premio al mejor guión: entregado -bajo la mirada escéptica de los críticos- a la francesa Céline Sciamma, otra directora ‘novata’ por su película ‘Portrait de la jeune fille en feu’. Una historia de amor prohibido y obligado a mantenerse clandestino.

- Premio de la Camera D’or (para un primer film) a ‘Nuestras madres’ de César Díaz’, un relato desgarrador sobre las madres que sobrevivieron la guerra civil en Guatemala.

Finalmente un premio llamado Mención Especial para el palestino Elias Suleiman por ‘It must be heaven’, chaplinesca, ambigua y casi muda pero agradable de ver. Un premio considerado de consolación y por lo tanto sin razón de ser.

El gran olvidado a la hora de repartir los premios: Pedro Almodóvar quien nos trajo una de sus mejores películas con ‘Dolor y gloria’, aplaudida durante diez minutos después de su proyección. Una autoficción, tierna y muy íntima. Merecía la Palma de Oro, que el Festival está en mora de reconocer al gran maestro del cine español.