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Cannes: amor y chisme

Los temas políticos apremian pero es imposible no volver a refererirme al...

8 de junio de 2012 Por: Liliane de Levy

Los temas políticos apremian pero es imposible no volver a refererirme al Festival Internacional de Cine en Cannes cuya 65 edición clausuró el 27 de mayo pasado, porque refleja el estado de la producción cinematográfica mundial y su proyección para el próximo año. Y lamentar que el Festival del 2012 decepcionó y demostró que allí también hay crisis y falta de inspiración. Después de esforzarme para ver la mayor parte de la Selección Oficial y otras selecciones paralelas (de tres a cuatro películas diarias) me quedé ‘con las ganas’, sin haber visto nada que me entusiasmara o sentirme en presencia de una obra maestra. Una excepción en medio de la decepción: la película ‘Amour’ del austriacio Michael Hanneke, que se llevó la Palme d’Or -un premio que en sí representa a todos los demás premios; es decir, al director, a sus intérpretes (los maravillosos e insuperables Emmanuelle Riva y Jean Louis Trintignant), a todos los técnicos. Un premio muy merecido y aplaudido en forma unánime.No sucedió lo mismo con las demás premiaciones. El Gran Prix otorgado a la película italiana ‘Reality’ de Matteo Garrone (quien ganó el mismo en el 2008 con ‘Gamorrah’) no me chocó, pero fue rechazado por gran parte de los críticos. Cuenta la historia de un humilde pero alegre vendedor de pescado que se inscribe por accidente -y ante la presión de su familia- en un concurso para participar en un reality de televisión, lo llaman para entrevistarlo y se queda con la impresión que será seleccionado. Entonces se obsesiona con la perspectiva y destruye su vida para lograrlo. Una tragicomedia sobre falsas ilusiones, magistralmente interpretada por Aniello Arena, un preso por más de diez años en la cárcel que gozó de un permiso especial para actuar en la película. No le dieron permiso para su presentación en Cannes.Los demás premios también fueron criticados. Entre ellos el de mejor director, otorgado al mexicano Carlos Reygadas por su filme ‘Post Tenebrax Lux’; un trabajo experimental oscuro e impenetrable como su título y que fue abucheado el día de su presentación ante la prensa. El Premio del Jurado tampoco gustó cuando lo entregaron al veterano director británico Ken Loach por su película ‘The Angel’s share’ una comedia que me resultó aburridora y poco ingeniosa. Incluso la película rumana ‘Beyond the Hill’ -de Cristian Mungiu, muy lúgubre pero que, sin duda, tiene méritos- no convenció tanto para acaparar los premios de mejor guión y mejor interpretación femenina.¿Qué pasó? Como respuesta surgió el chisme de que las controvertidas películas ganadoras fueron coproducidas y distribuidas por la compañía que distribuye las películas del Presidente del Jurado, Nanni Moretti (realizador de ‘Habemus Papam’). Un chisme que retomaron medios serios como Le Monde y France Inter. Amanecerá y veremos.Entretanto, buenas películas no recibieron premio ninguno. Por ejemplo, ‘Cosmopolis’ del canadiense David Cronenberg, sobre los llamados ‘golden boys’ de Wall Street que acumulan fortunas pero sacrifican su vida y su alma en el proceso. O ‘Like someone in love’ del iraní Abbas Kiriostami, cuya original filmación (a trav´rs de vidrios, cortinas y espejos) me deslumbraron.Cabe notar que el cine latinoamericano marcó el Festival de manera positiva. Muy alabadas las películas colombianas ‘La Sirga’ de William Vega y ‘La Playa’ de Juan Andrés Arango. Por otra parte, dos películas se ganaron la admiración y el aplauso unánime: la mexicana ‘Después de Lucía’ de Michel Franco sobre el tema del bullying o maltrato de un escolar por sus compañeros, y la chilena ‘No’, una comedia con trasfondo político de Pablo Larrain.