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Lucha justa

La alegría que vivieron los deportistas colombianos en los pasados Juegos Panamericanos...

4 de noviembre de 2011 Por: Laura Posada

La alegría que vivieron los deportistas colombianos en los pasados Juegos Panamericanos de Guadalajara fue contagiosa. 24 medallas de oro, 25 de plata y 35 de bronce, no sólo son símbolo del esfuerzo y la actitud que estos hombres y mujeres le han imprimido durante años a sus diferentes disciplinas, también representan quizás una de las mejores actuaciones en la historia del deporte en nuestro país.Fue agradable ver cómo las jornadas transcurrieron tranquilas y que al fin vibramos con deportes como la gimnasia, las pesas, el judo o los bolos, que con poca frecuencia vemos el resto del año, hasta una nueva competencia importante. Tan apasionantes son estos deportes como el fútbol, incluso mejores resultados y comportamientos exponen en las justas; pero sólo viven sus 15 minutos de fama, pues la poca difusión que tienen y la fervorosidad con la que se asume el fútbol en este país le han quitado pantalla a quienes verdaderamente lo merecen. Y eso se refleja en falta de patrocinio y, así, de recursos para contar con la indumentaria, el entrenamiento, las instalaciones y las inscripciones a torneos que se necesitan para mantener un nivel competitivo. Sin embargo, ahí siguen, en la lucha.En Cali son muchas las selecciones que están silenciadas, guardadas en la mesa de noche, donde poco les paran bolas. En mis épocas de Selección Valle en gimnasia olímpica, hace muchos años, lo viví. Entrenábamos todos los días en el Coliseo del Pueblo, en medio de un espacio reducido, lleno de telarañas, que se inundaba cada vez que llovía; teníamos implementos viejos, desteñidos y muchos de los baños ni funcionaban. Hace poco volví y me alegré de ver que hay colchonetas y aparatos nuevos, pero el lugar sigue siendo el mismo y a los gimnastas, muchos campeones, nadie los conoce.Lo mismo sucede con el grupo Máratas. Puedo dar por hecho que no tienen ni idea de qué se trata o quiénes son. Hace poco supe de su existencia y me sorprendió lo interesante que es el deporte que practican y lo ‘berracas’ que son en la cancha. Máratas es un equipo femenino de rugby, conformado por 35 jugadoras, que después de ocho años de entrenamientos han logrado posicionarse en el tercer lugar a nivel nacional y en el primero en el Valle. Ellas son el único grupo, de los cuatro femeninos que hay en Cali, inscrito en la Liga Vallecaucana de Rugby, con Carolina López a la cabeza, quien como presidenta y entrenadora ha logrado sostener esta disciplina vigente. Con pocos balones para las prácticas, falta de instalaciones (deben adecuar canchas de fútbol), y patrocinio en ceros, deben hacer rifas, vender comida y dedicarse a otras profesiones para comprar los uniformes y pagar las inscripciones a los torneos. De sus triunfos, sólo reciben las felicitaciones.Pero siguen en la lucha, buscando que sea justa, tocando puertas, invitando a la gente a practicar el rugby, a que los espectadores llenen tribunas, a que las aplaudan, como en el fútbol. Chévere que todos pudiéramos conocer más de cerca estas historias. Estoy segura de que el alcalde Guerrero -no puedo decir lo mismo del Gobernador-, le dará a estos deportes la prioridad y las oportunidades que hace rato se merecen. Sigo insistiendo en que tenemos con qué.***Paréntesis: Todo un éxito el desfile ‘La solidaridad se viste de moda’ de ayer en el Club Campestre, organizado por la Fundación El Cottolengo del Padre Ocampo, que se dedica al cuidado del adulto mayor desamparado. Una labor muy humana y comprometida que ha realizado su directora, Margarita Arango Mejía, así como todo su equipo de trabajadores y colaboradores, quienes han logrado, por más de 50 años, mejorar la calidad de vida de estos abuelos. Una invitación a seguir apoyando esta causa.