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Ciudad sobre ruedas

El crecimiento de las ciudades no debe traer consecuencias negativas para los...

21 de febrero de 2014 Por: Laura Posada

El crecimiento de las ciudades no debe traer consecuencias negativas para los habitantes, el medio ambiente o la economía. Cali, como la mayoría de las urbes del tercer mundo, ha fallado, pues su desarrollo se ha construido más alrededor del carro que de las personas. La dependencia a los vehículos motorizados nos ha convertido en una sociedad cada vez más insensible, excluyente y perezosa. Hay que evolucionar, sí, pero seguir construyendo más vías no es sostenible, tampoco barato ni saludable. Vital pensar en otras formas de desplazarse. En este mismo espacio, gracias a los resultados de una investigación realizada por la mesa de trabajo de la Escuela de Salud Pública de Univalle, La Ciudad Verde, Cicloamigos, Rodando y Cultura Bici, se hizo una radiografía de la precaria situación de Cali en materia de bicicletas y ciclorutas, la falta de políticas públicas serias y la negligencia de la Administración Municipal. Persistentes en su propósito de situar en la agenda pública el uso de la bicicleta como medio de transporte y de actualizar e incluir el Plan Maestro de Ciclorutas en el POT, este mismo grupo convocó la semana pasada al foro ‘Ciudad y uso de la bicicleta: ¿en qué andan Cali y NY?’, donde se debatieron iniciativas, políticas, se compartieron experiencias y se plantearon interesantes proyectos para una ciudad como ésta, que, según expertos, tiene todo para convertirse en un modelo a seguir en el mundo. Cali tiene un precedente: el 11,7% de su población se moviliza en bicicleta, cifra que muchas ciudades del mundo quisieran tener -por debajo están varias de Canadá y EE.UU., Nueva York y Londres. William Vallejo, ingeniero caleño, investigador y asesor en movilidad y urbanismo en el Depto. de Transportes de Nueva York, fue el encargado de la charla. Su aporte al plan de rediseño en esa ciudad (PlaNYC2030), en el que trabaja desde su implementación en 2007, ha sido notorio y lo convierten en un experto de la materia. Uno de sus principales objetivos ha sido devolverle la ciudad al peatón, con el reto de hacerlo en un espacio reducido. Con mucha creatividad y, sobre todo, con bajo presupuesto, La Gran Manzana ha logrado una metamorfosis significativa por apostarle, entre varios proyectos, al de ‘Calle para todos’, en la que hay un espacio, en justa proporción, para el que camina, el que pedalea, para el transporte público y particulares. Hay ciclovías, ciclorutas y carriles compartidos. El concreto que se usa es mínimo y las separaciones se hacen con materas y pinturas; hacen frecuentes estudios de tráfico; han determinado nuevos espacios públicos y bulevares peatonales; revisado y cambiado la normatividad, siempre con aval de juntas ciudadanas; y no han parado sus campañas de promoción y educación alrededor del uso de la bicicleta.El proceso ha sido rápido, los cambios drásticos, pero los resultados todo un éxito. En siete años se han recuperado 105.000 metros de espacio para la gente, instalado más de 563 kilométros de bicicarriles, los locales comerciales han aumentado sus ventas con la ubicación de más de 8.000 corrales para el parqueo de bicicletas, se han abierto más de 170 talleres y locales con artículos especializados y los usuarios han aumentado más del 58% .No se trata de comparar Nueva York con Cali, pero vale la pena estudiar sus estrategias. Representan un buen punto de partida. Hay buenas y sencillas formas de seguir construyendo ciudad, una mejor, que sólo será posible con el compromiso, visión y liderazgo de los dirigentes locales. Entre los asistentes al foro estuvieron representantes del Dagma y Metrocali, quienes aseguraron que la bicicleta es un aliado fundamental del desarrollo de Cali y mostraron interés en trabajar con nuevas propuestas, disposición que ojalá se traduzca en hechos. De la Secretaría de Tránsito, cuya presencia era fundamental, no llegó nadie. ¿Dónde está el interés y el compromiso?