El pais
SUSCRÍBETE

Las jartas misas 125802

Por múltiples razones, en los últimos días he asistido a varias misas...

17 de marzo de 2020 Por:

Por múltiples razones, en los últimos días he asistido a varias misas oficiadas por reconocidos sacerdotes unas, y por modestos párrocos, otras.Confieso que he querido poner de mi parte en tales oficios religiosos procurando atender y entender la liturgia allí desarrollada y he pretendido asimilar el Evangelio y sus comentarios, amén de todo el ceremonial que para mí tiene un momento supremo y que no es ni la elevación, ni los rezos, ni menos la comunión, sino el momento en que nos damos la paz.Lo triste es que, infortunadamente, la gran mayoría de esos actos de fe a los que acudí con fervor cristiano y devoción católica resultaron aburridísimos o, como dicen los muchachos, de un mamón subido.El oficiante aparece ungido de un poder intimidatorio y todopoderoso que me recuerda el temor (terror y hasta pánico) que nos infundían de pequeños: era un parvulillo cuando me llevaban a unas misas eternas presididas por un cura regañón que nos amenazaba con el diablo si no nos portábamos bien.Esa imagen -creo que del padre Benoit- jamás se me borró de la mente porque ir a la Iglesia era un castigo al igual que confesarme con otro cura fantasma que me preguntaba con morbosidad si había hecho o pensado ‘cosas feas’ y me instaba a describirlas.Por otra parte, casi todos los cánticos que allí se entonan son ininteligibles, tristes y apocalípticos. En ellos siempre uno es el malo, el pecador, el que debe pedir perdón. Lejos de infundir alegría u optimismo, tales canturrias nos lanzan a los abismos infernales del dolor y la tristeza, y peor si están acompañados de ciertos salmos que lo matan a uno antes de tiempo. Empero hay otros salmos bellísimos como aquel que reza “el pastor es mi señor”, diré “el Señor es mi pastor, nada me falta”,  a pesar del sobregiro y las culebras.No quiero extenderme en un análisis de las santas misas pero me parecen jartísimas y jurásicas y añoro las que protagonizaba el padre Gallo por ejemplo, en que uno participaba y que como dice Vivian, “pasaba de ataque”.Y no me refiero a las misas shows o light sino a que de alguna manera las vuelvan agradables y por qué no decirlo, entretenidas, porque sino y al paso que vamos así como cada vez hay menos vocaciones, así también hay menos feligresía, y la Iglesia Católica no es sólo una iglesia de pensionados y de viejas desocupadas, sino de una juventud que no le copia a un ceremonial decimonónico para nada interesante y repito, comprensible.Sé que son odiosas las comparaciones, pero si usted ve por TV o en vivo y en directo los oficios religiosos de las iglesias cristianas, advierte a más de fervor y poco o mucho fanatismo, un público interesado y participando en lo que enseña la Biblia. ¿Será que por eso nuestra Santa Madre Iglesia anda de capa caída, no crece, padece de deserciones y las Iglesias evangélicas, cristianas o protestantes o que se yo, cobran más y más adeptos?“Muéstrate a la época tal como te ansía”, escribió alguna vez Shakespeare, y ello es penosamente lo que mi Iglesia, la Católica, no está haciendo.

AHORA EN Columnistas

Columnistas

Oasis

Columnistas

Autocracias