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La gerencia de Emcali

En los círculos empresariales de la ciudad han recibido con beneplácito el...

17 de febrero de 2011 Por: Julio César Londoño

En los círculos empresariales de la ciudad han recibido con beneplácito el rumor de que Mauricio Cabrera suena para la Gerencia de Emcali. Lógicamente, la noticia ha causado alarma en los bajos fondos de la política (perdón por la redundancia). Un líder vallecaucano de la U que tiene nombre de pistolero del Oeste –inteligente, facundo, ágil tránsfuga y lagarto de alto vuelo–, dijo que “al ex presidente Álvaro Uribe le molestaría sobremanera que se nombrara en ese puesto una persona que no sea de la U”. Con el perdón de los empresarios, hay que decir que el perfil de Cabrera es totalmente inadecuado, porque tiene dos defectos insalvables para dirigir esa madriguera: es ilustrado y honesto. Es Ph. D. y “Distinguished alumnus” de la Escuela de Ciencias Económicas de Londres, y profesor universitario por más de 20 años en la Javeriana, Los Andes y el Externado de Colombia. Fue presidente de la FES, miembro permanente de la comisión de Racionalización del Gasto y las Finanzas públicas, Director General de Crédito Público, Director de la Unidad de Programación Global del Departamento de Planeación Nacional y economista del Departamento para el Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional.Cabrera hace dos cosas rarísimas: sabe hacer oposición sin histeria, y publica las únicas columnas económicas (esa “ciencia oculta”, como la define el economista Marco Aurelio Cadavid) legibles y entendibles del mundo.Pero su mayor triunfo es desconocido: Cabrera es el cerebro secreto de la resurrección del Partido Liberal. Fue él, como presidente del consejo programático de la campaña presidencial del candidato liberal, quien eligió las banderas sociales que el partido enarboló en las pasadas elecciones presidenciales y que el presidente Santos ha recogido con magníficos dividendos. El Presidente debe saberlo. Por esto es que los sonajerólogos le dan a Cabrera la primera opción para ocupar esa gerencia. Tienen razón: alguien capaz de vender a un sujeto tan carepalo como Rafael Pardo, es capaz de cualquier cosa.Pero para llegar allá deberá vencer las intrigas de una enemiga formidable, una líder del Valle que también está convencida de que ese puesto es para alguien de la U. La verdad es que en esta elección no merece tener voz ni voto Álvaro Uribe, cuya intervención de ocho años en Emcali resultó más inútil que la vacuna de Patarroyo. Ni el ágil tránsfuga de arriba, porque aquí no se trata de una competencia de saltos. Ni la poderosa líder de marras, una señora que es responsable parcial de la debacle de la CVC (y por ende de la catástrofe social que dejó en el Valle la pasada ola invernal) y accionista mayoritaria de la crisis hospitalaria del Departamento (no doy su nombre porque los jueves soy especialmente cobarde). No conozco personalmente al señor Cabrera, pero estoy seguro de que es capaz de lograr que Emcali deje de ser una vena rota y se convierta en una rica fuente de recursos para el Departamento. Sería estupendo tener una persona como él en esa gerencia. O a Julián Domínguez, un vallecaucano de talento y probidad a toda prueba. O a Rodrigo Guerrero, el hombre más inteligente que he conocido en mi vida.