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“Eres polvo”

Se va Benedicto XVI sensatamente, con dignidad, sin esperar a que tengan...

14 de febrero de 2013 Por: Julio César Londoño

Se va Benedicto XVI sensatamente, con dignidad, sin esperar a que tengan que apuntalarlo con un palo en las ceremonias, como a los otros, según la impía observación de María Isabel Casas, de NTC. Se va dando una lección de humildad, dice la prensa. Que ahora la gente querrá un Papa negro que haga juego con Obama, teme Sirirí. Que está viejo y cansado, dicen el Vaticano y Su Santidad misma. Se va porque hay profundas divisiones en el seno de la Iglesia, dice un rumor al que nadie le para bolas. Se va porque la traición de Paolo le rompió el corazón, dice un amigo estilista en referencia a Paolo Gabrieli, el apuesto mayordomo del Vaticano que le filtró información confidencial a WikiLeaks.Lo cierto es que se va sin pena ni gloria, y no porque haya sido un Papa especialmente inútil sino porque su antecesor dejó el listón alto. Wojtyla jugó un papel clave en la independencia de Polonia, el derrumbe del muro de Berlín y la disolución de la URSS; llamó “capitalismo salvaje” al neoliberalismo y dijo que todas las guerras eran “derrotas de la humanidad”. A Ratzinger, en cambio, se lo recordará como un pontífice ‘inquisidor’, demasiado ortodoxo, eurocéntrico y ultraconservador. Un pastor alemán, en suma, como lo ha llamado la maledicencia popular.Wojtyla cerró el Infierno, Ratzinger apenas el Limbo (hay que reconocer que esta medida trajo tranquilidad a millones de padres atribulados porque sus hijos habían muerto sin recibir la sal del bautismo). Wojtyla expulsó al demonio del orbe teológico. Ratzinger sacó del pesebre la mula y el buey. Wojtyla fue una estrella mediática. Ratzinger un teólogo pesado. Pero ambos adoptaron ante la anticoncepción, el aborto y la eutanasia la misma actitud inhumana y cerrera de sus antecesores. Y ambos se escandalizaron con un neumático flácido, el condón. Y ambos, evangelistas del amor, adoptaron ante el amor homosexual actitud de senador costeño. Ante la pedofilia del clero, su reacción fue muy distinguida: ambos miraron para otro lado. Y ambos se opusieron a la ordenación de mujeres sacerdotisas. Hicieron bien: además de ser brujas naturales todas, constituyen una aplastante mayoría entre los católicos practicantes (72%). Si les dan tantico de igualdad, se toman el Vaticano y los cardenales terminan de monaguillos. Casos se han visto.Se va Benedicto XVI. Para evitar la falsificación de documentos papales, el cardenal camarlengo destruirá a las ocho de la noche del 28 de febrero, con una prensa de mano, el Anillo del Pescador, símbolo del poder pontificio, y desde ese instante Benedicto XVI no será más el líder supremo de un imperio de 2000 años, medio millón de sacerdotes y 2.400 millones de fieles. En marzo no será ni siquiera cardenal sino un mero obispo dedicado a la meditación y la plegaria, a escuchar cantos gregorianos a la hora de vísperas, a tocar algo de Mozart en el piano y a releer unos pocos clásicos en las cuatro lenguas que le son íntimas, en alguno de los patios del Mater Ecclesiae, un convento romano de monjas de clausura. ¡Qué envidia!(El cardenal camarlengo es también el encargado de recordarle a diario al oído al Sumo Pontífice “Eres polvo”, a manera de antídoto contra las vanidades del mundo y el mareo que pueda causarle el espléndido boato que acompaña siempre al jerarca máximo de la cristiandad).