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El debate al fiscal

Desvirtuó uno por uno los cargos formulados por Robledo, Petro y Lozano, convocó al mismísimo espíritu del controller (“Pizano hablará ahora”, dijo NHM, y a todos se nos pusieron los pelos de punta) pero el audio falló.

28 de noviembre de 2018 Por: Julio César Londoño

Llegué tarde a la transmisión del debate de control político al fiscal. No pude ver la intervención de Petro, que estuvo muy bien documentada gracias a las investigaciones de la Fiscalía, según el comentario sardónico del fiscal. Tampoco vi la intervención de Robledo, retórico exquisito, ordenado, demoledor, irónico, sereno, siempre brillante excepto a la hora de las elecciones, cuando asume posiciones francamente fajardistas (“ni blanco ni negro ni viceversa” ¡Y mucho menos mediastintas!) y termina favoreciendo la peor opción.

El debate se suspendió para que los honorables pudieran seguir la alocución de Duque. El Presidente explicó que en cien días lo único que se puede hacer bien es caer de culo en las encuestas y que, siguiendo las directrices de su mentor, enderezará el rumbo. Ahora uno se pregunta: si el muchacho no ha hecho sino obedecer a Uribe, y Uribe le dice que “enderece”, ¿tendrá que desobedecer? Es probable. Los designios del Eterno son inescrutables.

Luego intervino Angélica Lozano. Aunque no le da ni a los tobillos a Claudia López, que es casi tan buena oradora como Robledo, Angélica demostró que el fiscal tiene más conflictos de intereses que El Tiempo y que tiene engavetadas las investigaciones del Cartel de la Toga y la de SaludCoop, caso que había sido previa y primorosamente engavetado por Montenegro, su antecesor, el fiscal borgiano y algorítmico (¡Colombia produce unos personajes!). Recordó que mientras en América Latina ruedan cabezas de cacaos y presidentes por las coimas de Odebrecht, en Colombia solo caen los de las tulas y los de los afiches. Cerró proponiendo una comisión ad hoc  de la ONU, un mecanismo anticorrupción que ha dado buenos resultados en varios países del mundo.

Luego habló Néstor Humberto Martínez. Desvirtuó uno por uno los cargos formulados por Robledo, Petro y Lozano, convocó al mismísimo espíritu del controller (“Pizano hablará ahora”, dijo NHM, y a todos se nos pusieron los pelos de punta) pero el audio falló. Después puso un audio en el que Luis Alberto Moreno (BID) le aconseja a Andrade (ex ANI) que no espere nada de la Justicia colombiana ni de NHM y que contrataque por los medios.

Luego Uribe habló de su probidad con una seriedad conmovedora. Luego Paloma Valencia tiró la bomba de la noche: un video que muestra a Petro recibiendo fajos de billetes y echándolos en una bolsa en un saloncito turbio. No creo que el camarada se levante de este golpe en lo que resta del Siglo XXI.

Luego habló un senador de Cambio Radical. Era grandísimo, tenía un aire a Herman Monster, se inclinaba de manera simiesca hacia el micrófono y no encontraba los papeles ni las gafas; estaba drogado o es bobo de nación. Su intervención fue tan bochornosa que por primera vez, dijo un veterano periodista del capitolio, los senadores sintieron vergüenza. Luego habló el petimetre Rodrigo Lara. Como siempre, su intervención fue elocuentísima, afectada y tontarrona, como la de un Angelino fluido.

A Iván Cepeda le dio por hablar agachado, como buscando algo entre sus papeles, gesto que le restó fuerza a su réplica. Fue muy breve porque quería darles tiempo a sus compañeros de ‘conspiración’, Petro y Robledo, pero el moderador le dio la palabra a otro senador, Petro y Robledo reclamaron de manera airada, la gallera se alborotó y el moderador levantó la sesión.

¿Qué pasará ahora con el fiscal? Lo mismo que pasa con los casos que él lleva, nada.

Sigue en Twitter @JulioCLondono