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Viene el TLC…

Y es hora de repicar sobre la impostergable necesidad de poner en...

16 de abril de 2011 Por: Julián Domínguez Rivera

Y es hora de repicar sobre la impostergable necesidad de poner en marcha todas las acciones para mejorar nuestra eficiencia productiva, indispensable para ser más competitivos. El propósito es convertir el Tratado de Libre Comercio con EE.UU. en una oportunidad para crear más empleos y adquirir una cultura empresarial de clase mundial en nuestros productos y servicios, que brinde alta calidad a nuestros compradores del exterior.Michael Porter viene mostrando el camino desde 1994, cuando se realizó el gran estudio Monitor sobre competitividad en Colombia. Ha enseñado cómo la empresa es el núcleo, las cadenas productivas o clúster el multiplicador y la región la plataforma donde se gesta el desarrollo.Para avanzar en este proceso, a través del cual se cualifica el desarrollo, será necesario un diálogo permanente que genere valor entre la región colombiana y el nivel central, donde se establecen las políticas macroeconómicas.La mejor herramienta para lograr una adecuada articulación de las regiones con el nivel central, son los Planes Regionales de Competitividad, formulados colectivamente por sectores académicos, oficiales y empresariales.Recordemos que el país tiene 32 planes, que comprenden estrategias y acciones de cada departamento en función de sus apuestas productivas. Son producto del Sistema Nacional de Competitividad organizado en buena hora en el año 2008 como una política nacional.En este proceso de interlocución centro-regiones deben integrarse los esfuerzos de un amplio portafolio de programas existentes sobre temas transversales, con dichos planes de las Comisiones Regionales de Competitividad, que deben constituirse en espacios de respuesta a la multiplicidad de instancias que promueven la competitividad, como los Consejos Regionales de Mipymes, Consejos de Ciencia y Tecnología, Comités Universidad-Empresa-Estado, Mesas de Empleo, Convenios de Competitividad Turística y Acuerdos de Competitividad Agroindustrial.Con todo, para avanzar en este diálogo es necesario buscar formas de asociación que generen confianza. Será fundamental la herramienta de crear valor compartido, uno de los avances de la competitividad desde la perspectiva del impacto social, concepto propiciado también por Porter.Como lo afirma el experto, la eficiencia en la economía y el proceso social no son opuestos y puede existir una conexión entre las necesidades de los negocios y las necesidades de la comunidad donde ambos ganan.Se trata de aprovechar esta coyuntura del TLC para profundizar en un modelo de desarrollo que tenga en cuenta a las regiones y que cumpla con una visión social que supere el asistencialismo para hacerlas sostenibles a partir de agregar valor a la empresa y a la comunidad.Hoy más que nunca se requiere el trabajo mancomunado en las regiones, apoyándose en la institucionalidad existente, que también deberá actuar al unísono. Se requiere asimismo, elevar la capacidad para formular planes de negocios sectoriales y empresariales, para la exportación, que obtengan el aval de las entidades de apoyo.Finalmente, será la gran oportunidad para atraer inversionistas que aporten conocimiento y capital a la región y aprovechen la posición estratégica en el Pacífico, como plataforma exportadora hacia los EE.UU.

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