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San Andrés sostenible

Con motivo de las vacaciones de fin de año tuve la oportunidad...

30 de enero de 2016 Por: Julián Domínguez Rivera

Con motivo de las vacaciones de fin de año tuve la oportunidad de disfrutar de San Andrés nuevamente por lo cual me parece importante hacer unas reflexiones sobre una de las zonas más entrañables del país por su mar de siete colores y su cultura. La construcción del malecón y la peatonal comercial fue un gran acierto al brindar otro aire a la isla, las inversiones privadas en nuevos centros comerciales, hoteles, tiendas gourmet y restaurantes de buen nivel han mejorado las posibilidades para los turistas. Pero lo que más atrae es la exuberancia de la naturaleza y ese espíritu alegre y amable de sus gentes que tanto gusta a los visitantes, sobre todo a los caleños, que siempre hemos tenido una profunda relación afectiva con este territorio insular.Es necesario señalar algunos problemas que persisten: la congestión en el control de inmigración y recogida de equipajes llega a nivel dramáticos cuando se juntan varios vuelos, la ausencia de maleteros, un solo escáner para la inspección de equipaje, los cierres de las operaciones aéreas por culpa de los baches en la pista, el persistente problema del alcantarillado, la mala disposición de las basuras por parte de la comunidad y los turistas, la inseguridad creciente aunque mucho menor que la que padecemos en el territorio continental, construcciones informales en las playas y el deterioro de la vía circunvalar si bien el Gobierno ha anunciado la asignación de los recursos para recuperarla.Frente a este panorama es importante que las autoridades locales y nacionales, pero sobre todo los visitantes nacionales y extranjeros tomen conciencia del frágil equilibrio que se está rompiendo con tan alta afluencia de visitantes: en 2015 aumentó un 24,5 %, llegando a la cifra récord de 914.369 turistas, según cifras de la Secretaría de Turismo Departamental.Afortunadamente en San Andrés ya se están cuestionando sobre la ‘capacidad de carga’ del destino a la vez que avanza el plan de recuperación que el Gobierno Nacional, el Gobernador, la Cámara de Comercio y otros líderes locales promueven con el fin de generar mayor desarrollo y calidad de vida para los isleños. Es deseable que los habitantes de la isla trabajen conjuntamente en la solución de esta problemática, que también pasa por ellos, por ejemplo, para el aprovechamiento sostenible de la biodiversidad que a la vez sea nueva fuentes de ingresos dado que en buena parte vive en condiciones de pobreza. En dicho plan se incluye la ampliación de la pista del aeropuerto de Providencia, lo que permitirá una mayor afluencia de visitantes dado que podrán aterrizar aviones de hasta 80 pasajeros, cuando hoy solo llegan avionetas de 17 pasajeros. Esto abre nuevas posibilidades para una isla que es sin duda un ‘tesoro’ para Colombia y cuyos modos de uso deben respetar el entorno ecológico. San Andrés, Providencia y Santa Catalina deben buscar un futuro más sostenible y es fundamental que el resto de colombianos apoyemos a sus habitantes en este objetivo, convirtiendo en un propósito nacional proteger al archipiélago ya suficientemente afectado por el fallo de La Haya. Unas islas que son un legado de la naturaleza y de sus ancestros que demandan por lo pronto maximizar el respeto por su modo de vida y sus irrepetibles escenarios naturales. Lo cual requerirá que así como existen normas especiales para la migración, que propenden por ello, también se exijan reglas de uso que privilegien su conservación.

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