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¿La culpa es de la mujer?

Expertos en crímenes sí somos. Lo hemos sido siempre. Y en crímenes...

17 de mayo de 2016 Por: Jotamario Arbeláez

Expertos en crímenes sí somos. Lo hemos sido siempre. Y en crímenes atroces. Comenzando por los de la violencia política. Los del corte de franela. Y el de corbata. Y los de las motosierras. Los genocidios. Y los de los criminales en serie. Con el agravante sexual. Contra niños. Contra mujeres. Garavito. El monstruo de los mangones. El monstruo de los Andes. Y el del Parque Nacional. Pero hay crímenes de crímenes. Y uno de ellos es el de eludir responsabilidad por ellos. Para evitar posibles indemnizaciones.Sería el que cometió, por sapería, la abogada Luz Stella Boada, al conceptuar que la víctima sería la única responsable de su violación, empalamiento y asesinato, para pretendidamente proteger a diversas entidades, entre ellas el Distrito desde la Secretaría de Gobierno de Bogotá, en cabeza de Miguel Uribe Turbay, hijo de la sacrificada Diana Turbay, en episodio de rescate aún no suficientemente clarificado. La reacción de los medios, de los juristas, de los creadores de la Ley Rosa Elvira Cely de Feminicidio, y la del mismo alcalde Peñalosa desautorizando dicho concepto, fue inmediata. La abogada cayó ipso facto. Era contra evidente aducir que por haber aceptado salir con dos compañeros de clase de validación de bachillerato, con antecedentes que ella no tenía por qué conocer, fuera la responsable de su malhadado maltrato. Se hubiere percatado o no del desacierto de su funcionaria, la ciudadanía indignada pide también la cabeza del Secretario.Por doloroso que sea, recapitulemos los hechos. Hace 4 años, la madre soltera de una menor y vendedora de dulces Rosa Elvira Cely, aspirante a psicóloga tan pronto validara el bachillerato, aceptó salir de copas con dos compañeros de clase. En media farra uno desertó y al final Rosa Elvira aceptó que Javier Velasco, sentenciado y no capturado por asesinar a otra mujer, como vino a saberse, la llevara en su moto a casa. Este sin embargo cambió de rumbo y la llevó a una espesura del Parque Nacional, le dio en la cabeza con su casco, una vez atontada la violó a su manera, y no contento con ello la apuñaló y empaló con sevicia utilizando gruesas ramas de árbol que le destrozaron intestinos y órganos pélvicos. En su angustia y desangre ella alcanzó a llamar por el celular a organismos de socorro que vinieron a encontrarla horas más tare y conducirla al hospital donde fue imposible salvarla.Ante tal salvajismo, la Ley Rosa Elvira fue impulsada en el Congreso por Gloria Inés Ramírez, ley que “permite tipificar el feminicidio como un delito autónomo, para garantizar la investigación y sanción de las violencias contra las mujeres por motivos de género y discriminación...”.Velasco paga por este crimen 48 años de prisión, que son los que purgará, además de que se impusieron otros 36 por violación de sus dos hijas biológicas y 10 por abusar de una prostituta. Por no haber sido capturado a pesar de su previa condena por asesinato de otra mujer, los familiares de la Cely emprendieron demandas contra la Policía, la Fiscalía y las Secretarías de Gobierno y Salud de Bogotá. Demandas que la abogada pretendió boicotear al considerar a la muerta única responsable de su deceso. La violencia contra las mujeres arrecia, ya sea por violación, por asesinato o por ambas cosas. Las estadísticas con brutales. E indignantes algunos conceptos que la justifican. Que se debe a que visten de una manera seductora, que se pasan de coquetas, que estimulan los celos de la pareja, que aceptan ser invitadas sin examinar previamente los antecedentes delictivos del pretendido galán. Y hasta una influyente dama costeña vinculada a la política, llegó a conceptuar que cada golpe contra una mujer de parte de un hombre sus motivos tendrá. Quién las entiende.

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