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Claro que califica

La agitación de las últimas semanas en Colombia ha aportado una valiosa...

2 de septiembre de 2013 Por: José Félix Escobar

La agitación de las últimas semanas en Colombia ha aportado una valiosa pieza para ser guardada en la fraseoteca nacional. Abrumado por los acontecimientos, el presidente Santos solo atinó a decir, se abren comillas, “el tal paro nacional agrario no existe”. Bien vivo estaba el paro cuando el presidente pronunció esa frase desconcertante. Y, como suele pasar cuando hay un reto, el paro supuestamente muerto se creció como un zombi. Necesariamente la situación debe haber enseñado al presidente Santos una verdad esencial: la realidad no juega póker. Sus mensajes no son un bluff ni un cañazo. Paro es paro y para efectos de la tranquilidad nacional, da lo mismo un lío en 8 departamentos que en 16. Por ello la olímpica negación de la realidad expresada a pleno pulmón por Juan Manuel Santos califica con creces para ingresar a la colección de frases que han marcado la historia del país. La frase de Santos se encontrará en esa colección con compañeras de naturaleza muy disímil: desde arrebatos de valentía hasta muestras del más descarado cinismo; desde protuberantes metidas de pata hasta reflexiones de mucho peso. Un Bolívar desesperado se dirigió a Rondón, en el fragor de la batalla del Pantano de Vargas, para decirle: “Coronel, salve usted la patria”. Y un presidente descachado, Guillermo León Valencia, saludó al general De Gaulle con un sonoro “Viva España”.A José Manuel Marroquín –cachaco displicente– le correspondió manejar el delicado tema de la separación de Panamá, con la tradicional ineptitud que las autoridades santafereñas han demostrado cuando de preservar la integridad nacional se trata. A Marroquín se atribuye una frase, pronunciada, según dicen, para defenderse de sus críticos tras la escisión del istmo: “¿Y qué más quieren? Me entregan una república y yo les entrego dos”.Por supuesto que en la colección de frases debe aparecer la profunda reflexión del expresidente Echandía, a quien se tentó para que ocupara el poder tras los dramas del 9 de abril de 1948. Respetuoso de las vías democráticas, Echandía rechazó la oferta con su célebre frase: “¿Y el poder para qué?”. En esos mismos sucesos se presionó al presidente Mariano Ospina Pérez para que renunciara a su cargo. Se dice que Ospina Pérez no aceptó la insinuación con un concluyente: “Más vale un presidente muerto que un presidente fugitivo”. En las colecciones es inevitable que al lado del mármol se cuele algún lastre. Oro y oropel. Rafael Nuñez dio un giro vital a la historia de Colombia cuando pronunció con solemnidad su famosa frase: “La Constitución de 1863 ha dejado de existir”. Pero –así son las colecciones– Ernesto Samper Pizano abrumó a todos con su cinismo cuando, perseguido por la ética, la razón y el decoro para que se marchara del puesto espuriamente obtenido, se aferró a él con un sonoro: “Aquí estoy y aquí me quedo”.* * * Las dudas del mundo para detener la masacre ya han costado 100.000 vidas en Siria. Y los europeos, como de costumbre, van en coche. Tienen el problema en las narices pero esperan que sean Obama y los Estados Unidos los que actúen.

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