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Ministros del Valle

Amigos liberales, de tuerca y tornillo unos, otros de tuerca suelta pero...

4 de septiembre de 2014 Por: Jorge Restrepo Potes

Amigos liberales, de tuerca y tornillo unos, otros de tuerca suelta pero todos de común denominador santista, me invitan a que, con la participación de congresistas y concejales del partido, elevemos ante el Presidente enérgica voz de protesta por la pobre representación que le dio al Valle en el nuevo gabinete ministerial, con olvido de la alta votación que aquí obtuvo.Francamente no le veo bondad a la iniciativa pues me parece que los liberales, que solo tenemos motivos de gratitud con el primer mandatario, no debemos salir con un reclamo que pueda insinuar anhelos burocráticos, o, simplemente, quedar en un canto a la bandera pues nadie le va a hacer cambiar a Santos la nómina ministerial porque un grupo vallecaucano se lo pida, para incluir en ella a más de los nuestros.Les hice ver que los problemas del Valle no son del resorte de los ministros. En el cuatrienio que terminó el 7 de agosto hubo cinco ministros de este departamento y varios consejeros de la misma categoría, sin que aquí se notara cambio alguno en el acontecer regional. Con Mariana Garcés en el de Cultura, basta y sobra, y debemos darnos por bien servidos al tener a una mujer de sus calidades en esa cartera.Desde que tengo uso de razón política he visto desfilar por distintos gabinetes ministeriales a los más ilustres hijos de nuestra amada comarca, liberales y conservadores, y hasta a Angelino, que vaya usted a saber a cuál partido pertenece. Absalón Fernández de Soto, Alonso Aragón Quintero, Gustavo Balcázar Monzón, Manuel Francisco Becerra, para citar cuatro rojos. Y Rodrigo Lloreda, Carlos Holguín, Humberto González, Cornelio Reyes, para indicar cuatro azules. Todos desempeñaron bien sus funciones, y seguramente nombraron de subalternos a varios de sus lugartenientes políticos. Pero el Valle no fue ni mejor ni peor con su desempeño, porque los ministros poco pueden hacer por sus regiones, cualquiera sea el número. El que manda es el jefe del Estado, y si en sus proyectos hay algo para el Valle pues se hace con el visto bueno de Planeación Nacional.A esos dilectos copartidarios que están molestos porque tenemos un solo cupo próximo a la Casa de Nariño, les digo que lo que el Valle necesita es tener buenos gobernadores, tipo Marino Renjifo Salcedo, por citar uno de mis personajes inolvidables. El día que salvemos el departamento eligiendo excelentes mandatarios para el despacho de San Francisco, las cosas cambian. Si seguimos viendo desfilar a tanto incompetente, como los que ha habido en los últimos años, no hay esperanzas de futuro, ni volveremos a tener la importancia que nos distinguía años atrás. Desde luego, también hay que pensar en los alcaldes. Si todos los cuarenta y dos municipios vallecaucanos contaran con alcaldes con vocación por el servicio público y que no metan las manos en las arcas oficiales, eso es mejor que tener cinco o más ministros.Así que no acepto formar parte de la protesta por asunto tan mezquino como sería la petición a Santos para que incorpore más ministros comarcanos, lo que sería, además, una lucha estéril, que es la que no se le perdona al hombre, según dijo el filósofo alemán Friedrich Wilhelm Nietzsche.Dediquémonos, más bien, a buscar con la lámpara de Diógenes los sucesores de Ubéimar Delgado en la Gobernación y de Rodrigo Guerrero en la Alcaldía. Y que el Señor de los Milagros de Buga nos libre del que sabemos.

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