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La consulta liberal

En dos oportunidades y en presencia de Humberto de la Calle manifesté mi inconformidad con la consulta liberal para escoger el candidato a la presidencia de la República

15 de noviembre de 2017 Por: Jorge Restrepo Potes

En dos oportunidades y en presencia de Humberto de la Calle manifesté mi inconformidad con la consulta liberal para escoger el candidato a la presidencia de la República. También intervine en la redacción de un mensaje que varios miembros del Directorio Liberal Departamental cursamos al director del partido, César Gaviria, en el que le enunciábamos las funestas consecuencias de llevar a cabo esa consulta, entre otras, la premura del tiempo, la falta de recursos de los directorios de todo el país, la apatía electoral en esta época, el altísimo costo para el Estado, y, sobre todo, el efecto político que puede traer una votación precaria.

El expresidente manifestó que él tiene un mandato del último Congreso Liberal, que no tiene otro camino que acatarlo, y que por eso el 19 de noviembre se hará en las cabeceras municipales, de acuerdo con la Registraduría. Es decir, que habrá consulta el próximo domingo.

Tengo amigos liberales que frecuentemente manifiestan su inquietud porque el Partido ya no es el mismo de sus épocas de gloria, cuando en el Valle del Cauca, por ejemplo, constituía la mayoría electoral que le permitía obtener varias curules en Senado y Cámara, y que ahora ese caudal ha disminuido de manera increíble.

Esa crisis liberal se inició cuando a algunos copartidarios les dio por pasarse a partidos como La U y Cambio Radical, compuestos ambos por gente liberal que buscaba nuevos toldos con fines puramente electorales, sin tener en cuenta la doctrina. Además, el liberalismo fue quedando huérfano de grandes líderes y los tiempos de Gaitán, López Pumarejo, Lleras Restrepo, Echandía, Alberto Lleras, quedaron en el pasado, y no hubo nadie de su dimensión que asumiera la jefatura. Se puede rescatar a Gaviria, que cuando le toca coger el trapo rojo, lo hace.

Los periódicos liberales dejaron de ser medios de expresión del partido para convertirse en simples registradores de los hechos políticos, y ya no hay el títular inmenso de El Tiempo llamando a los ‘Liberales a las urnas’. Hoy no contamos con ningún diario de combate en el que el partido pueda apoyarse, pues el que fue de Eduardo Santos y hoy pertenece a Luis Carlos Sarmiento, hasta el nombre sale en letras azules. Y si bien El Espectador es filosóficamente liberal, no cumple las funciones de portavoz de la colectividad, y lo mismo pasa con Vanguardia Liberal, El Heraldo y El Universal.

Sin embargo, tengo la certeza de que si el domingo, con votación alta o baja, resulta triunfante Humberto de la Calle en la consulta liberal, podremos acceder a la segunda vuelta de la elección presidencial con grandes posibilidades de éxito frente a cualquiera de los candidatos que logre acceder a esa instancia.

Humberto de la Calle es el mejor aspirante entre esa lista de 53, que dice mal de la democracia colombiana pues si se examinan los nombres, hay algunos cuya hoja de vida no da ni para portero de ministerio. De la Calle por su carácter independiente, por su conocimiento vasto de la administración pública, y porque con él los colombianos sabemos que su limpia trayectoria pública y privada es garantía de liderar un buen gobierno, que es lo que necesitamos en este momento de tanta confusión.

Entonces, como no escapamos de la consulta el domingo, todos los liberales y los demócratas de todas las tendencias debemos votar por De la Calle en la mesa de votación que a cada uno corresponda, como en cualquier elección.

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