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¿Cuál crisis?

El expresidente Álvaro Uribe considera que en estos momentos Colombia atraviesa la peor crisis de los últimos sesenta años, y que para conjurarla se requiere la convocatoria de una asamblea constituyente...

29 de mayo de 2019 Por: Jorge Restrepo Potes

El expresidente Álvaro Uribe considera que en estos momentos Colombia atraviesa la peor crisis de los últimos sesenta años, y que para conjurarla se requiere la convocatoria de una asamblea constituyente, y la declaración de conmoción interior, que debe dictar el presidente Duque.

Si uno vuelve atrás la mirada descubre que lo de hoy es simple, comparado con lo que ha vivido Colombia en el tiempo mencionado por Uribe. En los últimos sesenta años se dio el auge del narcotráfico, cuando la mafia se apoderó de casi todos los órganos del Estado. El asesinato de varios candidatos presidenciales, Luis Carlos Galán entre ellos. El exterminio sistemático de un partido político - Unión Patriótica -. Las sangrientas toma y retoma del Palacio de Justicia. La posesión de la guerrilla de las Farc de buena parte del territorio nacional.

Esas si fueron verdaderas crisis, por las que el país era visto en el exterior como no viable, y sin salida posible. Colombia no se hundió y con esa capacidad suya para la resiliencia salió adelante, y ahí vamos hacia el futuro.

Desde luego que el asunto que tuvo por protagonista a Jesús Santrich enardeció al país, pues fue visto con una visión desproporcionada, y agrandada por quienes buscan efectos políticos. Creo que muchos colombianos no se han detenido a examinar lo que realmente ocurrió.
‘Santrich’ es un desmovilizado de las Farc y por eso está en la Justicia Especial para la Paz (JEP), que surgió del acuerdo con la guerrilla a la que no pudo el Estado vencer en los cincuenta y dos años que estuvo combatiendo con el propósito de alcanzar el poder.

‘Santrich’ fue grabado en una reunión en la que aparentemente se adelantaba un negocio de cocaína para ser llevada a Estados Unidos, y por eso la Sala de Revisión de la JEP asumió el conocimiento de la solicitud de extradición hecha por el país del norte.

Tres de sus cinco magistrados consideraron que no había prueba suficiente para determinar si el delito fue cometido antes o después del 1 de diciembre de 2016 cuando entró en vigencia el acuerdo. Esa mayoría decidió negar la extradición y pasó el expediente a la justicia ordinaria, que era lo que tenía que hacer. La Fiscalía capturó al ex guerrillero en el instante mismo de la salida de la cárcel, imputándole varios delitos.

El Procurador General de la Nación apeló ese fallo y pasa a una sala superior de la JEP para que en una segunda instancia se diga la última palabra. Todo está enmarcado en la normatividad legal. Si en esta instancia se determina que ‘Santrich’ debe ser extraditado, surtido el trámite de ley se remitirá a la justicia norteamericana por orden del Presidente de la República.

El exfiscal General de la Nación, Néstor Humberto Martínez, que estaba bailando en la cuerda floja por sus conflictos de interés, aprovechó la coyuntura y renunció al cargo, lo que es incomprensible porque ha debido esperar el cierre del asunto al resolverse la instancia. Al contrario, llamó al pueblo a movilizarse contra lo que él estima contrario a derecho.

Así que no hay tal crisis. Lo que hay es un tremendo problema de gobernabilidad pues el presidente Duque no ha encontrado la ruta para que los colombianos se sientan con timonel al mando del barco.
Ojalá que su llamamiento a formar un frente político para solucionar temas candentes de la actualidad, tenga éxito. Pero para lograrlo debe llamar a todo el espectro político del país, incluyendo la oposición.

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