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¡América!

Debo confesar que el descenso del equipo a la categoría B del...

29 de diciembre de 2016 Por: Jorge Restrepo Potes

Debo confesar que el descenso del equipo a la categoría B del fútbol colombiano, no solo me dolió sino que adormeció mi entusiasmo de hincha fiel, no de televisión sino de asistente al estadio. Compré boleta durante dos temporadas pero terminé hastiado de sentir las esperanzas frustradas porque siempre nos faltaba el centavo para el peso, y ahí seguíamos en el torneo de ascenso.Este año volví a ver los partidos en televisión, y a decir verdad empezó a renacer mi fe y si bien no iba al estadio, me ponía la camiseta escarlata y me sentaba a ver los partidos en la pantalla chica. Fue notorio el cambio con la llegada a la dirección técnica de Hernán Torres porque el equipo comenzó a tener un patrón de juego definido y los integrantes saltaban a la cancha con actitud diferente: sudaban la camiseta; y se observaba que había un verdadero equipo de fútbol, con un presidente magnífico en la directiva, Tulio Gómez, y un técnico que sabe cómo encarar cada compromiso.Naturalmente, los seguidores fueron entusiasmándose con los resultados y la cancha de San Fernando vio sus tribunas colmadas, lo que permitió contratar una nómina realmente competitiva, y ahí empezamos a acariciar el sueño de regresar a la A, para volver a ser el equipo grande que siempre dio pelea a los otros grandes del balompié nacional.Llegaron a los cuartos de final y América inició perdiendo en Armenia con Deportes Quindío; luego ganó al Real Cartagena aquí, y tropezó en Popayán con empate a dos goles que nos puso contra la pared pues teníamos que repetir con Quindío y la única posibilidad del ascenso estaba en el triunfo porque con la igualdad el cuadro cafetero subía.Qué angustia la que vivimos. El ‘Tecla’ Farías -se me antoja que debe ser pariente lejano del abate Farías que acompañó en la prisión del Castillo de If al Conde de Montecristo en la novela de Alejandro Dumas, hizo un gol precioso, pero la alegría duró poco pues uno de los nuestros mandó la pelota al propio arco, imposible de atajar por el buen arquero Bejarano. Pero el ángel protector de ‘La Mechita’ hizo lo suyo y el excelente árbitro Wilmer Roldán vio la falta en el área y decretó penal a favor del América justo al finalizar el primer tiempo, que ejecutó brillantemente Martínez Borja, auténtico “crack”.El segundo tiempo fue de infarto porque el Quindío hizo un planteamiento ofensivo buscando el ansiado empate que casi logra cuando Bejarano pudo atrapar el balón en la raya de gol. Pita Roldán la finalización, y la emoción invade los corazones rojos que querían salirse del pecho de millones de colombianos que somos hinchas rojos.Esa tarde de gloria prometí volver al estadio y estaré atento a la venta de abonos para adquirirlo y darle uso a la colección de camisetas de rojo subido que guardo desde el día que me convertí en fanático de la escuadra que el 19 de diciembre de 1979 nos dio la inolvidable satisfacción cuando le ganamos a Unión Magdalena con goles de Alfonso Cañón y Víctor Lugo, que le valió al club la primera estrella.Vinieron luego los grandes del fútbol, argentinos, paraguayos y colombianos, y América se convirtió en uno de los mejores de Suramérica que, sin embargo, fracasó en dos finales de la Copa Libertadores, cuando el doctor Gabriel Ochoa armó el casi invencible cuadro con Gareca, Cabañas, Ortiz, Battaglia y Falcioni, el portero estrella que estuvo en el ‘Pascual Guerrero’ el domingo del ascenso.

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