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Presidente, pero equivocado

Lo que parecía casi imposible, según la mayoría de las encuestas, ocurrió:...

29 de enero de 2017 Por: Jorge Ramos

Lo que parecía casi imposible, según la mayoría de las encuestas, ocurrió: hoy Donald Trump es el presidente de Estados Unidos. Sin embargo, eso no quiere decir que sus mentiras e insultos se convierten mágicamente en verdades y dejen de doler por el simple hecho de mudarse a la Casa Blanca. Trump le ganó fácilmente a Hillary Clinton (con 304 votos electorales contra 227) el pasado 8 de noviembre. Pero también es cierto que Trump perdió el voto popular por casi 3 millones de votos, y que los rusos -de acuerdo con el reporte de las agencias de espionaje estadounidense- trataron de influir en la campaña presidencial a favor de Trump. Nunca sabremos cuántos votantes decidieron apoyar a Trump luego de leer la información que hackearon y filtraron los rusos. Sea como sea, las agencias de inteligencia aseguran que los rusos no influyeron en el conteo de votos y, por lo tanto, Trump hoy es el líder de Estados Unidos. A pesar de lo anterior, Trump está equivocado. Sí, hoy es el nuevo presidente, pero estuvo equivocado al decir que los inmigrantes mexicanos son criminales y violadores. Todos los estudios que he leído -basta ver el reporte del American Immigration Council- concluyen que los inmigrantes son menos propensos a cometer crímenes y a terminar en la cárcel que los nacidos en Estados Unidos. Trump, asimismo, hizo comentarios racistas al decir que el juez Gonzalo Curiel no podía ser imparcial en un caso que involucraba a la Universidad Trump por su origen hispano. Sus padres son de México, pero Curiel nació en Indiana (igual que el vicepresidente Mike Pence). Esa visión prejuiciada no cambia por entrar a la oficina oval. Trump ya está en la Casa Blanca. Pero eso no condona sus burlas a un reportero del diario The New York Times que tiene una discapacidad física (como valientemente denunció la actriz Meryl Streep durante la ceremonia de los Golden Globes). Sí, Trump reemplazó al primer presidente afroamericano en la historia de Estados Unidos luego de haber mentido durante años sobre el lugar de nacimiento de Barack Obama. Sus mentiras no desaparecen solo porque su nuevo dormitorio es el mismo que usó Obama. Trump dice que quiere ser un presidente para todos, pero en la campaña propuso discriminar a mil millones de musulmanes -y prohibirles la entrada a Estados Unidos- simplemente por su fe religiosa. Ese bloque mental no se derrite al caminar por el jardín de las rosas en primavera. Y sus comentarios despectivos y sexistas contra las mujeres quedarán como la parte más vergonzosa de una campaña presidencial llena de ofensas personales. Aún resulta increíble que la misma persona que habla en el video de ‘Access Hollywood’ -diciendo que podía tocarle la vagina a algunas mujeres solo porque era famoso- es la que hoy ocupa la oficina de la persona más poderosa del mundo. Por eso, Luis Gutiérrez, junto con decenas de otros congresistas demócratas, decidió boicotear la toma de posesión de Trump. Él fue el primero en anunciarlo en un emotivo discurso (que aquí está bit.ly/2j7tOKk). Gutiérrez dijo que su boicot era para atreverse a ver a los ojos a sus dos hijas. He conocido y entrevistado a muchos candidatos que creían que, por haber ganado las elecciones presidenciales, tenían razón en todo lo que dijeron durante la campaña. Grave error. Las campañas, por definición, están marcadas por promesas y exageraciones. A los candidatos se les juzga por lo que dicen. Y eso hicimos con Trump. Pero a los presidentes se les juzga por lo que hacen. Ahora nos toca a los periodistas vigilar lo que hace el nuevo mandatario. Estoy acostumbrado a las groserías y abusos de los presidentes latinoamericanos. Mis tres décadas cubriendo líderes autoritarios en América Latina me han preparado bien para cubrir la presidencia de Trump. Pero espero que Estados Unidos no se parezca a su presidente. Los presidentes suelen ser un ejemplo para los jóvenes. Pero Trump no lo es. Al contrario. El mensaje para los niños y adolescentes estadounidenses debe ser muy claro: ustedes pueden (y deben) ser mucho mejores que su presidente. Por favor, no lo copien. Ganó, sí; pero muchas de sus ideas están equivocadas.