Vence la indiferencia
En el mensaje para la jornada mundial de la paz que el...
En el mensaje para la jornada mundial de la paz que el Papa acostumbra dar cada primer día del año nuevo civil pronunciar, señala y de una manera muy clara los caminos para llegar a la paz en este año 2016 y que nos tocan de una manera muy especial a nosotros los colombianos, ya que nos servirán sus reflexiones para decidir un plebiscito que al aprobarlo o improbarlo sea porque contiene o no los elementos que sí nos lleven a lograr el fin tan deseado de la paz.Dice el Papa: Es cierto que la actitud del indiferente, de quien cierra el corazón para no tomar en consideración a los otros, de quien cierra los ojos para no ver aquello que lo circunda o se evade para no ser tocado por los problemas de los demás, caracteriza una tipología humana bastante difundida y presente en cada época de la historia. Pero en nuestros días, esta tipología ha superado decididamente el ámbito individual para asumir una dimensión global y producir el fenómeno de la globalización de la indiferencia.El mensaje está centrado en lo que el Santo Padre llama la globalización de la indiferencia, la cual nace de la indiferencia a Dios y se extiende a los demás seres humanos y a la creación, advirtiendo que hoy en día, la persona, se siente autosuficiente y piensa que no ha obrado mal y por tanto no le debe nada a nadie, excepto a sí mismo y por esto exige derechos e ignora los deberes.El Papa, después de demostrar que la paz se ve amenazada por la indiferencia a todos los niveles, en el caso de nosotros los colombianos, por el desconocimiento de lo dialogado y la poca credibilidad que se le da a las partes negociantes por la continua desconfianza producida por las exigencias de derechos e ignorancia de deberes, por el anestesiamiento de la conciencia por haber convertido en rutina el dolor y el sufrimiento hasta ignorar el daño causado a tantas víctimas y llevado al Cinismo de negar lo que para muchos es evidente , es por lo que nos llama a no perder la esperanza contra la lucha de este mal, superando la indiferencia que nos produce tantos años de conflicto, abriéndonos a la compasión, la misericordia y al compromiso de no volver a repetir el daño causado, sobre todo solidarizándonos con las víctimas, reparando las heridas abiertas por todas las acciones cometidas a través de los años de conflicto.Recordemos que al haber iniciado el 8 de diciembre el año de la Misericordia, este mensaje del año nuevo por la paz entra en esa misma perspectiva en la cual el Papa quiere seguir motivando a la humanidad, a usted y a mí, para que nos comprometamos de lleno con ese espacio y tiempo de gracia que es el año jubilar y aquí está el espacio para cada creyente, cristiano, hombre de fe, para que acepte la invitación a rezar como Iglesia, como comunidad y trabajar para que todo cristiano desarrolle ahora si un corazón humilde y compasivo, capaz de anunciar y testimoniar la misericordia, de perdonar y de dar, de abrirse a cuantos viven en las más contradictorias periferias existenciales, que nosotros mismos hemos creado por nuestra indiferencia en ser solidariarios y en participar en los cambios políticos, creando esa actitud humillante de indiferencia, o en la comodidad rutinaria que anestesia el ánimo e impide descubrir la novedad, o en el cinismo que destruye toda esperanza.La paz es un don de Dios, dice el Papa, pero confiado a los hombres, por esto exige un compromiso de todos para crear una cultura de solidaridad, misericordia y compasión, por esto pide que este 2016, nos encuentre a todos, los de un bando y del otro, comprometidos firme y confiadamente, en realizar la justicia, con verdad y reparación, que sea el compromiso para llegar a una paz duradera.