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Urgente necesidad

Nada podría hacerse a favor de la paz si los sentimientos de...

12 de noviembre de 2012 Por: Jorge Humberto Cadavid Pbro

Nada podría hacerse a favor de la paz si los sentimientos de hostilidad, odios raciales e ideologías obstinadas, enfrentaran entre sí a los hombres. De ahí la urgentísima necesidad de una reeducación de las mentes y de una nueva orientación de la opinión pública.Cuando se oyen tantas voces: unas a favor y otras en contra , y la mayoría con esperanza pero escépticas, con una sana prudencia que da espera al comienzo real en La Habana es bueno que pensemos lo que dicen los números 82 y 83 del documento Gaudium Et Spes: “Para construir la paz es preciso que desaparezcan primero todas las causas de la discordia entre los hombres, que son las que engendran las guerras; entre estas causas deben desaparecer principalmente las injusticias. No pocas de estas injusticias tienen origen en las excesivas desigualdades económicas y también en la lentitud con que se aplican los remedios necesarios para corregirlas. Otras injusticias provienen de la ambición de dominio, de desprecio a las personas, y, si queremos buscar sus causas más profundas, las encontraremos en la envidia, la desconfianza, el orgullo, y demás pasiones egoístas”.Al escuchar a los actores del conflicto se observa que hay dos grupos: Los ideólogos y los troperos, es decir, los que llegaron a la guerrilla por ideología y los que fueron contratados para hacer la guerra; allí hay una diferencia fundamental, así como también hay diferencias entre los comandantes de los distintos grupos y zonas: Hay quienes no tienen conocimiento de ciertas acciones que hacen otros grupos. La diferencia es el manejo de los fondos; En el programa ‘Sobrevivientes’, transmitido el 5 de noviembre por RCN, esto se evidencia en las declaraciones de ‘Karina y ‘Olivo Saldaña’, temidos guerrilleros y hoy gestores de paz, quienes no creen en la voluntad de sus excompañeros para desarmarse, porque recuerdan lo repetitivo de la ideología, que no se habían ido a la guerra, para después firmar la paz, sin lograr los objetivos, cosa que también lo oí de los comandantes del secuestro de La María y más aun que se sentaban a dialogar para ver qué le sacaban al Gobierno, el cual tenía afán de protagonismo y de resultados por su corto tiempo en el poder, del cual ellos no tenían afán y podían aprovechar tal circunstancia, no solo para darse oxígeno, sino para conseguir una nueva imagen. Precisamente, por esa urgente necesidad de reeducación y de crear opinión alrededor de la paz, es que como un fruto del Concilio hace 50 años nace la comunidad de San Egidio, que sin buscar protagonismo ha intervenido en el logro de la paz en Mozambique, Guatemala, Kosovo, Albania y no tiene nada de raro que esté trabajando, como lo sabe hacer, para que humanizando al hombre se pueda llegar a la paz también en nuestra Patria.