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La próxima Feria de Cali

Para empezar porque solo el Jorge Iván de la camisa blanca podría superar al antiguo Jorge Iván. ¿O a quién se le podría ocurrir un disparate de ese tamaño en un momento como este? ¿Feria en seis meses?

23 de mayo de 2021 Por: Jorge E. Rojas

Si no es que mañana sale a negarlo, el plan de recuperación que Jorge Iván Ospina contempla para la ciudad, incluye Feria de Cali este diciembre. Empecinado en preservarse inolvidable, este prócer de la comunicación simbólica que se quitó la camisa de mal alcalde para demostrar que todavía puede ser peor, estaría creyendo que están dadas las condiciones ambientales justamente para ese símbolo: curarnos con rumba. Se supone que el fundamento está en la historia de reconstrucción que nos compone genéticamente. En 1956, Cali quedó en cenizas luego de que siete camiones militares cargados con dinamita que iban de Buenaventura a Cundinamarca, estallaran mientras permanecían estacionados en el barrio San Nicolás; dos años después de que la ciudad quedara abierta al medio con cuatro mil muertos en las calles, la Feria de Cali nació como una distracción para el horror y la miseria que no se iban. En 1958 quedó inaugurada la plaza de toros. Pan y circo que en su primera versión extendieron por dos meses. Y así, se supone, nos comenzamos a levantar de la tragedia.

Entonces Ospina estaría pensando que ahora puede pasar algo más o menos parecido. El argumento de fondo, además, nuevamente es la urgencia de reactivación. De manera que con esa urgencia le encargaría a un viejo conocido suyo, la organización de otra Feria: Leonardo Amú, exdirector de Corfecali durante su primera Administración, llegaría de nuevo al cargo con ese propósito. Esta semana, la primera vez que escuché el cuento, me pareció solo otro chiste mal-intencionado de las lenguas viperinas que comulgan desde el atrio. Pero con los días y la versión del nombramiento rebotando en distintos chats, he llegado a creer que hay chances de que el bochinche cuaje. Para empezar porque solo el Jorge Iván de la camisa blanca podría superar al antiguo Jorge Iván. ¿O a quién se le podría ocurrir un disparate de ese tamaño en un momento como este? ¿Feria en seis meses? ¿Con cinco mil millones embolatados en la versión virtual? ¿Quién más podría a sacarla del estadio (remodelado), con una propuesta así? Solo él.

Más allá de la broma, que está como para Actualidad Panamericana, el asunto serio es que seguimos transitando por un absurdo donde todo es posible. A estas alturas de la crisis, las decisiones más importantes de cara a la recuperación han sido promover nuevos mercados campesinos y sacar los buses viejos a rodar otra vez. Eso y poco más. ¿De qué forma se está pensando la recomposición económica de la ciudad? ¿Hay alguien a cargo? Desde donde se ven las cosas hasta aquí, tiene más proyecciones Epa Colombia, con su industria de las keratinas, que este Municipio en manos de Ospina.

Para hacer las cuentas más amargas, por hacer lo que hace -o no hace-, el hombre sigue devengando sueldo. En el 2023, cuando termine su periodo, a la cuenta bancaria de Jorge Iván habrán sido consignados 816 millones de pesos por concepto de servicios prestados como Alcalde de Cali. El monto es incluso algo mayor porque el salario exacto que gana es de $17.040.962. Si a eso le sumamos lo que se perdió en la Feria Virtual, los $650.000 millones para la reactivación que no sucedió, los $10.000 millones del alumbrado, la plata de los mercados en pandemia, ¿en cuánto nos está saliendo la gracia de mantenerlo en el CAM? ¿Cuánto nos terminará costando? Porque hay que entender que no se va ir. Y que habrá otra Feria. Eso es seguro. Qué todo el mundo te cante, cantará el olvido. Y todo el mundo cantará. Qué todo el mundo te baile, chillarán los parlantes. Y El Mulato, impune me lo imagino en el salsódromo, bailará otra vez para él.

Transitamos por un túnel del absurdo sin luz del otro lado. El extravío mismo. Lo peor es eso en definitiva. No la oscuridad de hoy sino lo que queda. Las obras de ampliación del Pascual Guerrero que siguen avanzando. Los nuevos palcos para el estadio. Hago cuenta regresiva para un nuevo hashtag empujado por las bodegas del Puro Corazón: #CaliReviveConOspina, #CaliUnPandebonoYVos, cualquier cosa es posible. En el universo de los numerales de la resignación, #TristeAceptarloPeroPrimeroCaeDuqueAntesQueÉl, #ConchaDeNácar, #MásResistenteQueOspinaNoHay, #ConchudosConchasYVos